Por Daniel Romero
Buenos Aires, 12 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA –La designación del general Ahmad Vahidi como jefe interino de la Guardia Revolucionaria de Irán reavivó las alarmas en Argentina. Vahidi es uno de los principales imputados por el atentado a la AMIA en 1994, y su nombramiento por parte del régimen iraní, en medio de un nuevo enfrentamiento con Israel, refuerza los temores sobre un posible accionar terrorista en América Latina. En paralelo, el gobierno israelí ha decidido cerrar preventivamente todas sus embajadas en el mundo, incluida la de Buenos Aires, tras lanzar un contundente ataque contra instalaciones nucleares y militares iraníes.
La decisión de Israel de cerrar su representación diplomática en Argentina, confirmada por fuentes de la fuentes israelíes, responde a una directiva general ante la creciente posibilidad de represalias por parte de Irán a través de sus proxies —organizaciones como Hezbollah y Hamas— en territorios aliados de Occidente.
Refuerzan seguridad en objetivos sensibles
Frente a este nuevo escenario, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ordenó elevar el nivel de alerta a intermedio y desplegar una mayor vigilancia sobre instituciones de la comunidad judía, como la sede de la AMIA, colegios, clubes y templos religiosos. Además, hay refuerzos en pasos fronterizos con Bolivia, donde Iran mantiene una fuerte presencia, y Brasil y Paraguay por la Triple Frontera, en coordinación con el Ministerio de Defensa.
“La coordinación con agencias de inteligencia israelíes y estadounidenses está activa. No queremos alarmar, pero sí actuar con prudencia”, confirmaron desde el Ministerio de Seguridad. En paralelo, Defensa trabaja bajo la premisa de que un ataque a Irán puede generar una respuesta en forma de atentado indirecto, como los ya sufridos en 1992 y 1994 en suelo argentino.
El regreso de un viejo fantasma
La designación provisoria de Ahmad Vahidi, sobre quien pesa una alerta roja de Interpol por su participación en el atentado a la AMIA, es leída por expertos como una señal de radicalización del régimen iraní. Mas tarde fue designado el mayor general Mohammad Pakpour asumió como comandante en jefe del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica. Quedando Vahidi como uno de sus segundos al mando
La justicia argentina lo acusa como uno de los cerebros detrás del ataque terrorista que dejó 85 muertos, y su ascenso dentro de la estructura militar de Irán es visto como una provocación directa hacia los países que reclaman justicia, entre ellos la Argentina. Cabe recordar que la ex Presidente Cristina Kirchner firmo un acuerdo con Irán para ocultar la responsabilidad irani en los atentados en Buenos Aires y habria proporcionado informacion tecnologica nuclear a Irán.
A esto se suma la reciente identificación en la región de figuras claves de Hezbollah. En octubre, la inteligencia argentina detectó en Buenos Aires a Hussein Ahmad Karaki, sindicado como líder regional de esa organización, aunque ya había estado en la mira de los investigadores en los 90. Esto confirma que, lejos de haberse desarticulado, las células vinculadas a Hezbollah continúan activas en América Latina.
Argentina como objetivo simbólico
El alineamiento del gobierno de Javier Milei con Israel y Estados Unidos, así como su reciente visita al primer ministro Benjamín Netanyahu, sitúan a la Argentina como un país particularmente expuesto. Tanto Hezbollah como Hamas han sido oficialmente reconocidas como organizaciones terroristas por la legislación argentina: la primera por decreto de Mauricio Macri, la segunda bajo la gestión actual.
“La condición de aliado carnal de Israel coloca a Argentina en una posición de riesgo ante una eventual ofensiva iraní vía terceros actores”, advierten. Mientras tanto, el embajador de Israel en Buenos Aires, Eyal Sela, permanecerá en su país tras acompañar a Milei en su gira, en coincidencia con el inicio de los ataques israelíes sobre territorio iraní.
La tensión entre Irán e Israel trasciende el conflicto en Medio Oriente y tiene implicancias directas en la región. La elección de Vahidi, la respuesta militar israelí y el cierre de embajadas reflejan un escenario de máxima tensión internacional. En este contexto, la Argentina, con una historia de atentados terroristas no resueltos y una activa política de alineamiento con Occidente, vuelve a estar en el radar como posible blanco simbólico y estratégico.