Buenos Aires, 16 de junio de 2025 – Total News Agency (TNA) –-Por quinto día consecutivo, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner se asomó este domingo al balcón de su departamento en el barrio porteño de Constitución para saludar a militantes que se congregaron frente a su domicilio, apenas horas después de un operativo policial que desalojó un acampe instalado ilegalmente sobre la vía pública. Lejos de atenuar la tensión institucional, la exmandataria insistió con manifestaciones públicas de fuerte tono político, mientras espera la definición del Tribunal Oral Federal N°2 sobre su pedido de cumplir prisión domiciliaria.

La presencia reiterada de seguidores kirchneristas, alentada por la propia Fernández de Kirchner desde su vivienda, genera un creciente malestar entre vecinos y comerciantes de la zona, que denuncian alteraciones en la circulación y situaciones de hostigamiento. A pesar de que el Gobierno de la Ciudad llevó adelante un desalojo pacífico en la madrugada del domingo con más de 160 efectivos, el área volvió a presentar aglomeraciones y ruidos, dificultando el desenvolvimiento cotidiano del entorno urbano.
Gestos de confrontación
Las apariciones de Cristina Kirchner en el balcón de su residencia tienen una clara carga simbólica y política, en un contexto en el que debería estar ajustándose a las condiciones impuestas por la justicia federal tras su condena a seis años de prisión e inhabilitación perpetua en la causa Vialidad. En lugar de mantener un perfil institucional acorde a su nueva situación procesal, la exvicepresidenta eligió provocar tanto a los jueces del tribunal como al propio sistema judicial, al definir a la Corte Suprema como un “triunvirato títere” y acusar de proscripción a sus magistrados.
Lejos de retractarse o colaborar con el cumplimiento del fallo, la exmandataria avanza con una estrategia de victimización que mezcla consignas políticas con argumentos legales para sostener su solicitud de detención domiciliaria. A través de una carta pública difundida en redes sociales, volvió a referirse al fallo como parte de una “persecución del poder económico” y justificó su pedido apelando a su condición de expresidenta, el intento de magnicidio sufrido en 2022 y su derecho a la custodia permanente.
Presentación judicial y objeciones
El próximo miércoles, Kirchner deberá presentarse en los tribunales de Comodoro Py para formalizar su situación judicial. Su defensa alega que alojarla en una unidad penitenciaria implicaría un riesgo para su integridad física, así como una violación de sus derechos humanos debido a las condiciones de aislamiento a las que debería someterse por razones de seguridad.
Sin embargo, sectores judiciales y analistas políticos advierten que estas argumentaciones no pueden ser utilizadas como excusa para continuar operando políticamente desde su domicilio, ni para sostener una tribuna permanente que transforme su situación judicial en un acto de campaña encubierta. La residencia propuesta para cumplir el arresto domiciliario ha sido revisada por peritos oficiales, y se confirmó que cumple con las condiciones de seguridad necesarias. No obstante, el comportamiento público de la acusada podría ser evaluado como un intento de presionar indirectamente al tribunal o de interferir en el cumplimiento del fallo.
Reacción ciudadana y política
Desde el oficialismo porteño y la oposición nacional, se multiplicaron las críticas a la actitud de Kirchner. La ministra de Espacio Público de la Ciudad, Clara Muzzio, aseguró que “nadie está por encima de la ley” y que las manifestaciones no autorizadas que afectan la convivencia vecinal “no pueden seguir siendo toleradas bajo el pretexto de una causa política”. Por su parte, referentes de la oposición señalaron que “la exvicepresidenta intenta victimizarse para evitar la cárcel, mientras continúa generando tensión social y deslegitimando las instituciones democráticas”.
Mientras tanto, los vecinos del barrio porteño de Monserrat expresaron su preocupación ante la posibilidad de que la casa de Fernández de Kirchner se transforme en un nuevo epicentro de movilizaciones y actos partidarios, al amparo de una prisión domiciliaria que, en los hechos, podría terminar siendo una base de operaciones políticas disimulada.
Resumen:
- Cristina Kirchner volvió a mostrarse ante militantes desde su domicilio tras el desalojo policial del acampe.
- Sus apariciones generan malestar vecinal y podrían ser interpretadas como gestos de presión al tribunal.
- Solicita cumplir la condena en prisión domiciliaria, argumentando razones institucionales y de seguridad.
- Críticas de sectores políticos advierten que no puede convertir su residencia en una plataforma política mientras espera resolución judicial.
- Se avecina una jornada clave el miércoles en Comodoro Py, con un clima de alta tensión institucional.