Washington, 21 de junio de 2025 – Total News Agency-TNA-El Pentágono ordenó en las últimas horas el despliegue de una flota de bombarderos estratégicos B-2 Spirit con rumbo al Pacífico, en un movimiento que coincide con el análisis que lleva adelante el presidente Donald Trump sobre una eventual intervención militar en el conflicto abierto entre Israel e Irán.
Según confirmaron fuentes castrenses a medios locales y de acuerdo al seguimiento de portales especializados en tráfico aéreo, las aeronaves despegadas desde la base de Whiteman, en Misuri, fueron escoltadas por aviones cisterna para operaciones de reabastecimiento en vuelo. El destino final sería la isla de Guam, territorio estadounidense en Micronesia que alberga una de las bases militares más estratégicas del Indo-Pacífico.
Aunque el traslado de estos activos militares no representa en sí una decisión definitiva de entrar en combate, el contexto geopolítico y la presencia de los B-2 —únicos en la flota estadounidense con capacidad para transportar bombas antibúnkeres de más de 13.000 kilos— refuerzan las versiones de que Washington evalúa una acción directa para frenar las ambiciones nucleares de la República Islámica.
Trump, quien interrumpirá su estadía en Bedminster, Nueva Jersey, para regresar este sábado a la Casa Blanca, mantendrá una serie de reuniones clave con su equipo de seguridad nacional. Según indicó un vocero presidencial, el mandatario prevé tomar una determinación “en el curso de las próximas dos semanas”.
“El objetivo oficial sería impedir que Irán obtenga un arma nuclear”, sostuvo la Casa Blanca en un breve comunicado. No obstante, fuentes diplomáticas consultadas por TNA advierten que cualquier ofensiva estadounidense podría escalar el conflicto regional a una dimensión crítica, teniendo en cuenta los últimos intercambios armados entre Tel Aviv y Teherán.
Desde el pasado 13 de junio, fecha en la que Israel lanzó un ataque aéreo coordinado contra instalaciones nucleares y bases militares en Irán, el enfrentamiento entre ambas potencias ha dejado decenas de muertos y elevado el riesgo de una confrontación abierta en Medio Oriente.
Irán, por su parte, ha negado de manera sistemática estar desarrollando armamento nuclear con fines militares. Sin embargo, informes recientes de la Agencia Internacional de Energía Atómica advierten que el régimen de Teherán dispone de reservas de uranio enriquecido al 60%, umbral cercano al requerido para la fabricación de un dispositivo nuclear.
En este marco, la eventual participación de Estados Unidos, ya sea en apoyo logístico o con ataques directos, podría redefinir los equilibrios estratégicos en la región y marcar un punto de inflexión en la política exterior de la administración Trump.