Cualquier institución pública quiere planificar el futuro de su territorio a medio y largo plazo. Sin embargo, no siempre es posible: las urgencias o la duración de los distintos gobiernos a menudo hace que, muchos de ellos, solo tengan tiempo de mirar a corto plazo. Pero, de fondo, el objetivo siempre es el mismo: ir más allá del día a día y hacer una planificación destinada a la población actual, pero también a las próximas generaciones.
Ese es el objetivo de ‘Barcelona Impulsa’, el proyecto con el que el consistorio de la ciudad condal mira hacia 2035 y, con esa fecha como meta, se propone “ser una capital económica basada en el talento y el conocimiento, que promueve el acceso a puestos de trabajo de calidad para todos y la competitividad empresarial de todos los sectores económicos”. La iniciativa se articula a través de ocho áreas territoriales y once políticas transversales, con las que promover el fomento de “diez sectores estratégicos que contribuyen a generar empleo de calidad”, señalan.
Gestionar el turismo
‘Barcelona Impulsa’ se materializa en torno a cuatro líneas de trabajo: gestionar el turismo, fomentar el comercio local, impulsar sus sectores estratégicos y generar oportunidades y empleo de calidad. En el primer punto, se parte de una premisa: ser una ciudad reconocida internacionalmente es fundamental, pero esta dimensión global también plantea retos importantes en términos sociales.
1. Instrumentos para regular el turismo
Desde el consistorio apuntan que “el uso de la ciudad implica la necesidad de contribuir a su mantenimiento” y que “la implantación y el aumento del impuesto turístico, así como de su recargo, han permitido en el último mandato incrementar los servicios públicos sin la necesidad de aumentar el resto de instrumentos fiscales”. Partiendo de ello, ajustará más la fiscalidad turística que tenga en cuenta factores como la temporalidad alta y baja o los límites en el recargo del impuesto.
Asimismo, luchará contra el alojamiento ilegal a cargo de la Inspección Municipal, mediante herramientas como el futuro Decreto ley sobre el régimen urbanístico de las viviendas de uso turístico y el actual Plan Especial Urbanístico de Alojamiento turístico (Peuat). Todo ello con el objetivo de equilibrar la calidad de vida de los residentes locales y la experiencia de los y visitantes.


Barcelona Impulsa pretende analizar el impacto económico, ambiental y social del turismo, y para ello recurrirá al análisis de macrodatos y la evaluación de la huella de carbono. Además, aumentará los recargos en las modalidades de cruceros de corta estancia y en las de Viviendas de Uso Turístico (VUT), entre otras medidas. Los ingresos fiscales adicionales obtenidos se destinarán a programas de compensación ciudadana.
2. Sostenibilidad, movilidad y espacio público
El proyecto marca como clave un término de tres palabras: turismo urbano sostenible. Para ello, está impulsando el Plan de Sostenibilidad Turística en Destino Barcelona (Pstdb), que, entre otras cosas, apuesta por una desconcentración turística, la ampliación de la oferta y, en definitiva, la creación de nuevos puntos de interés que descentralicen el turismo y contribuyan a una distribución más equitativa y sostenible.
Del mismo modo, los espacios de gran afluencia (EGA), como la Sagrada Familia, el Park Güell o La Rambla, serán sometidos a un análisis para no saturar la actividad en dichas zonas. Además, se modificará la regulación de estacionamiento y parada de los autobuses turísticos, al mismo tiempo que el nuevo sistema Zona Bus 4.0 gestionará y monitorizará los espacios habilitados para las paradas dentro de los puntos de mayor concentración de gente.
Todas estas medidas, en definitiva, tienen como objetivo minimizar los impactos negativos del turismo masivo y fomentar una convivencia entre turistas y ciudadanía.


Comercio local, sectores estratégicos y empleo
Como decimos, la gestión de la economía del turismo es solo la primera de las cuatro líneas de trabajo. En la segunda, el fomento del comercio local, Barcelona Impulsa pretende preservar y potenciar un modelo de comercio tradicional de la ciudad y arraigado en los valores de proximidad, sostenibilidad e identidad. Todo ello mediante campañas de promoción, la mejora de su accesibilidad física y digital, la visibilización de la red de mercados y su calidad, etc.
Por otro lado, la ciudad condal se ha marcado una serie de sectores económicos estratégicos en torno a los cuales, en su opinión, debe girar el futuro de Barcelona hasta 2035: la salud, la tecnología y el sector digital, la economía de los cuidados, las industrias creativas, la ciencia y la innovación, el sector agroalimentario, la economía social y solidaria y la economía azul.


En todos estos sectores, además de en los no estratégicos, el proyecto pretende consolidar un modelo laboral concreto en el que, de nuevo, señalan tres palabras claves: “Empleo de calidad”. En este sentido, el consistorio se ha marcado como objetivo “diversificar la economía, impulsando sectores estratégicos, con el fin de generar puestos de trabajo estables, bien remunerados y con condiciones laborales dignas, que ofrezcan seguridad económica a las personas trabajadoras y que promuevan el desarrollo profesional, la conciliación laboral y el bienestar general”.
Todo ello, en definitiva, con un objetivo de fondo: que el modelo económico a aplicar sea válido no solo para los ciudadanos actuales de la ciudad, sino también para sus próximas generaciones.
Fuente El Confidencial