Riad, 4 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA--Arabia Saudita patrocinó este año la peregrinación a La Meca para más de mil familias palestinas vinculadas con militantes muertos, heridos o encarcelados por ataques contra Israel. La medida, impulsada por el rey Salman a través del “Programa de Invitados del Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas”, ha sido interpretada por medios oficiales palestinos como un acto de apoyo simbólico y político hacia los “mártires de la resistencia”.
Según informó el Ministerio de Asuntos Islámicos saudí, la iniciativa permitió que unos 500 beneficiarios arribaran al Aeropuerto Internacional Rey Abdulaziz en Jeddah el 2 de junio, mientras que el resto ingresó a través de pasos terrestres, principalmente desde Egipto. El programa fue ampliado este año para incluir, por primera vez, a familiares de militantes heridos o encarcelados, además de los tradicionalmente contemplados parientes de combatientes muertos en acciones armadas.
El jeque Abdulrahman Al-Sudais, jefe de la Presidencia General para los Asuntos de las Dos Mezquitas Sagradas, aseguró que la decisión “refleja el apoyo continuo del reino a la causa palestina, los lugares sagrados islámicos y la mezquita de Al-Aqsa”. Desde 2009, Arabia Saudita ha financiado viajes de este tipo, pero la inclusión de familiares de condenados por terrorismo generó preocupación en sectores diplomáticos que siguen de cerca el proceso de acercamiento saudí-israelí.
La televisión oficial de la Autoridad Palestina celebró el gesto como un acto de “lealtad” y “patrocinio permanente” hacia los “héroes de la lucha palestina”. En uno de los reportes, se destacó la presencia de Saif Abu Qandil, quien viajó con su hermana a La Meca. Su hermano, Yusuf Abu Qandil, fue militante del movimiento Fatah y en 2004 asesinó al civil israelí Victor Kreiderman e hirió a su esposa, Emma. Durante una aparición televisiva el 4 de junio, Saif agradeció públicamente al gobierno saudí por el financiamiento del viaje.
Otra de las peregrinas fue la hermana de Karam Hassan, comandante de las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, brazo armado de Fatah, y responsable del asesinato de la civil israelí Ruth Shua’i en 2001. Al igual que otros beneficiarios, expresó en medios oficiales su “profunda gratitud al Custodio de las Dos Mezquitas Sagradas, al príncipe heredero y al pueblo saudí”.
La decisión del reino, considerada como una reafirmación de su respaldo político a la causa palestina, contrasta con los rumores de un posible restablecimiento de relaciones diplomáticas con Israel. Si bien no hubo declaraciones oficiales israelíes al respecto, fuentes cercanas al gobierno en Jerusalén calificaron la acción como “un retroceso” en la senda de normalización impulsada por Washington y respaldada por actores regionales como Emiratos Árabes Unidos y Bahréin.
La delicada diplomacia saudí, que busca equilibrar sus intereses estratégicos con Estados Unidos, su influencia en el mundo islámico y la presión popular por la causa palestina, vuelve a quedar en el centro del debate. La controversia sobre el programa de peregrinación revela las tensiones que aún persisten entre el simbolismo religioso, la política regional y las expectativas de paz con Israel.