Por Guillermo Tiscornia
La denominación conocida como “lawfare” retrotrae al año 1975, cuando John Carlson y Neville T. Yoemans dieron a conocer la publicación titulada “Hacia dónde va la ley: humanidad o barbarie”.
Dicha denominación concentra la idea acerca del uso de la ley y de la justicia como herramienta de persecución.
Se han alzado en la región latinoamericana voces desde antagónicas vertientes político-ideológicas las cuales -por un lado- han reafirmado la existencia del “lawfare” y -por el otro- quienes la niegan.
Por caso, se alude a los procesos judiciales seguidos contra el ecuatoriano Rafael Correa; el brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, y en nuestro país respecto de la reciente sentencia de condena recaída respecto de Cristina Fernández de Kirchner.
Sucede que esas misma posiciones antagónicas se han visto claramente radicalizadas al punto que se genera una mas que razonable duda en punto a la genuina existencia o no del “lawfare”.
Y en este contexto viene a cuento reparar en dos publicaciones ilustrativas sobre el funcionamiento del sistema judicial argentino.
Por caso se trata de “Asalto a la Justicia”, cuyo autor es el ex ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación doctor Adolfo Vázquez y además “Justicia prófuga” cuyo autor resulta ser el profesor doctor Maximiliano Rusconi.
Ambas permiten reafirmar a Alexander Hamilton (“ El Federalista”) cuando el notable jurista estadounidense dijo que el Poder Judicial es la más débil de la tres coronas de un Estado ya que no dispone ni de la bolsa ( que simboliza el poder económico) ni tampoco de la espada ( que simboliza el poder coactivo de la fuerza estatal).
Y agregó el mismo Hamilton que el íntimo deseo que anida en todo dirigente político que accede a posiciones de poder consiste en contar con un sistema judicial independiente; independiente de todos los demás a excepción de si mismo, naturalmente. Remató el mismo notable jurista estadounidense.
Y también se reafirma a partir de la exquisita reflexión del ensayista francés Jean Claude de Gillebaud en “La traición a la ilusión” quien analizando el fenómeno francés da cuenta del sistemático socavamiento del sistema judicial por parte de los factores de poder político, económico y mediático.