El objetivo del Partido Popular , ahora mismo, es no meter la pata. No marcarse un gol en propia meta que les complique el encuentro y los conduzca a la derrota. No sería la primera vez. Los pesos pesados de la formación son conscientes de que se presentará, tarde o temprano, la oportunidad que beneficiaría a todos, así que resultaría absurdo lapidar esa nueva ocasión por disensiones internas debido a intereses particulares. Por ello, Alberto Núñez Feijóo se ha fortalecido personalmente con un núcleo duro y cercano , otorgando el máximo poder dentro de la organización a Miguel Tellado y remarcando ese acento gallego de los conservadores. Máxima confianza para evitar ‘Santos cerdanes’, ‘koldos’ y ‘Ábalos’ que le achicharren sus manos en pleno combate.Y por ello mismo se aprecia un ligero paso atrás de los más influyentes, presidentes autonómicos, para otorgar foco, luminosidad, nitidez a esa fotografía de unidad frente al desmoronamiento socialista. Incluso la batalladora Isabel Díaz Ayuso parece asumir de buen grado que no es su momento.No obstante, gana peso la vía andaluza, la fórmula con la que Juanma Moreno logró ganar en Andalucía y cuatro años después revalidar el triunfo con mayoría absoluta. En formas y fondo, con las ideas de moderación, diálogo, reformas y sentido común para ganar el centro y sumar a esos votantes socialistas descontentos con Sánchez; y a la vez sin perder su posición con respecto a cuestiones como la inmigración ilegal y la unidad de España dentro del marco de la Constitución.La relación con VOXEn la política de pactos, se apuesta por gobernar en solitario y con acuerdos puntuales, entre los que puede entrar VOX (no hay cordón sanitario, excepto con Bildu), y también hasta el PSOE (el día que Sánchez ya no esté) o Junts. El actual PP busca una relación con la ultraderecha similar a la que se estableció hace siete años en Andalucía : respeto a sus votantes, conversaciones y negociaciones pero nada de imposiciones radicales. Y desafían a Abascal pasándole ahora la pelota: recrudecer el discurso es el único balón de oxígeno que le queda al PSOE y sus socios. Es más, ayer el propio Tellado reiteraba esta intención con un compromiso de esos que marcan relaciones, asegurando que en el caso de un hipotético Gobierno sería en solitario y no en coalición con VOX. Por último, en la actual crisis estructural, debates profundamente ideológicos como el aborto o la eutanasia quedan muy en segundo plano.Desde Andalucía aseguran que esta tierra sale reforzada por la asunción de sus ideas más que por nombres, puestos y caras . Moreno se encargó de la ponencia política. Pero no esconden su satisfacción por la presencia dentro de la dirección: repiten Elías Bendodo y Juan Bravo y se suman ahora los ‘Antonios’ Repullo y Sanz. Una «una representatividad muy importante», con dos vicesecretarías de «una importancia extrema». La de Hacienda, donde Juan Bravo será su responsable si bien ‘rivalizará’ con Alberto Nadal, en Economía. Y la de Coordinación Autonómica y Local, justo cuando el PP posee el mayor poder territorial de su historia. La incorporación de Repullo y Sanz, conocida el mismo sábado, reafirma esa fortaleza. Y, sobre todo, «la relación estrechísima que tienen ambos presidentes», Moreno y Feijóo. En esa balanza donde tan importante es mantener el equilibrio pierde influencia el veterano Javier Arenas, expresidente del PP andaluz, exministro y figura muy respetada en el partido. El ascenso de Miguel Tellado ha relegado a Carmen Fúnez a Sanidad y Política Social.Fúnez tenía una estrecha vinculación con Andalucía gracias a su mentor, si bien aseguran que esto no afectará ni un ápice a la capacidad de influencia de esta Comunidad. Arenas seguirá teniendo su espacio en el comité de dirección de los lunes en Génova, pues Feijóo no desea desprenderse de su experiencia en la política, un dilatado en el camino en el que ha vivido luces y sombras en todas las etapas desde la Transición hasta nuestros días
Fuente ABC