La Cámara de Diputados se encuentra en un complejo entramado porque Unión por la Patria y otros bloques de la oposición buscan presionar para sesionar durante el receso invernal, aunque sus esfuerzos se ven condicionados por la extrema volatilidad de los gobernadores.
Tras su reciente movida en el Senado, donde votaron proyectos para el reparto de ATNs y el impuesto al combustible, los mandatarios provinciales ahora prefieren darle tiempo al Gobierno y buscan un diálogo que les permita destrabar sus reclamos de recursos coparticipables, evitando una confrontación mayor con el oficialismo, especialmente después de que el presidente Javier Milei anunciara su veto a ambas iniciativas y criticara duramente a todos los gobernadores.
Los jefes provinciales, a pesar de la molestia expresada por algunos, como el salteño Gustavo Sáenz por el trato indiscriminado, han decidido mantenerse a la espera para evitar que la oposición más dura logre un nuevo golpe contra el Gobierno en un momento de debilidad.
La especulación de los gobernadores, al “llevar la pelota al córner”, le otorga un valioso “aire” al Poder Ejecutivo para planificar su próxima jugada, aunque la incógnita reside en si el Gobierno ofrecerá recursos por fuera del Congreso para descomprimir la situación parlamentaria o si persistirá en su postura y confiará en el poder del veto presidencial.
La oposición, a contrarreloj
El factor tiempo es crucial en este ajedrez político: si bien la voluntad política existió en el pasado para enfrentar al Gobierno, como en la reciente sesión que combinó temas electorales con batallas legislativas, los gobernadores ahora priorizan una posible negociación.
Después de las vacaciones de invierno, vendrán los cierres de listas nacionales y las elecciones, por lo que un buen resultado para el oficialismo en los comicios podría cambiar el clima político y debilitar futuras ofensivas opositoras, lo que refuerza la cautela de los mandatarios provinciales.
La oposición dura es consciente de que sesionar durante el receso es casi utópico y sirve más como una herramienta de presión en la conversación pública. Pero, aun en una hipotética sesión tras el receso, la oposición tiene una ambiciosa agenda, ya que quieren votar dictámenes sobre financiamiento universitario y la emergencia de la salud pediátrica, con un enfoque particular en la situación del Hospital Garrahan. También buscarían tratar y anular los inminentes vetos a las leyes jubilatorias y la emergencia en Discapacidad.
Este plan de una “mega sesión” utiliza los proyectos sobre coparticipación como “anzuelos” para asegurar el quórum de los gobernadores. Sin embargo, los jefes provinciales y el ala más dialoguista de la oposición prefieren un esquema segmentado de varias sesiones, conscientes de que aprobar todos estos proyectos simultáneamente podría significar una “bomba fiscal” para el Gobierno.
La capacidad de los gobernadores para imponer su estrategia parlamentaria dependerá de su negociación con Unión por la Patria, el bloque mayoritario de la oposición, que tiene sus propias prioridades en la agenda.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today