Ciudad de Gaza, 17 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA-Un bombardeo impactó este jueves la Iglesia de la Sagrada Familia, único templo católico en la Franja de Gaza, causando la muerte de al menos dos personas e hiriendo a otras seis, entre ellas el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, párroco del lugar. El ataque, cuya autoría se atribuye a fuerzas israelíes, ocurrió en una zona densamente poblada que ha sido blanco de múltiples ofensivas en los últimos días.
El Patriarcado Latino de Jerusalén confirmó el incidente mediante un comunicado en el que detalló que la explosión dañó gravemente el edificio religioso y afectó a decenas de desplazados que se refugiaban allí. “Rezamos por el descanso de sus almas y por el fin de esta guerra salvaje. Nada puede justificar los ataques contra civiles inocentes”, expresó la institución tras confirmar la muerte de un hombre y una mujer. Reportes de la agencia EFE elevan la cifra de víctimas fatales a cuatro y de heridos a siete.
La parroquia funcionaba como refugio humanitario desde los primeros días del conflicto, albergando a cerca de 600 personas, tanto cristianas como musulmanas, entre ellas niños, ancianos y personas con discapacidad. El ataque se produjo alrededor de las 10:10 de la mañana, cuando un proyectil disparado por un tanque israelí impactó en el techo del templo, haciendo estallar la cruz principal y lanzando metralla sobre el patio, según precisó Cáritas Jerusalén.
Entre los heridos se encuentran dos ancianas que participaban en una actividad de apoyo psicosocial dentro de una carpa del organismo humanitario, así como tres jóvenes que estaban en la entrada del templo. El sacerdote Romanelli, quien sufrió lesiones leves, fue atendido en un centro médico y se encuentra fuera de peligro.
El papa León XIV manifestó su “profunda tristeza” por el bombardeo y expresó su cercanía espiritual con la comunidad afectada, en un mensaje transmitido por su secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin. La Santa Sede reiteró su llamado a un cese inmediato del fuego y a la protección de los lugares de culto. “Es indispensable que se respete la vida de los civiles y la inviolabilidad de los espacios religiosos”, subrayó el Vaticano.
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), a través de un comunicado, afirmaron estar investigando lo sucedido. “Las FDI están al tanto de los informes relativos a los daños causados a la Iglesia de la Sagrada Familia y las víctimas en el lugar. Se están examinando las circunstancias del incidente”, señalaron, al tiempo que insistieron en que “nunca se ataca intencionalmente sitios religiosos”.
En la misma línea, el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí expresó que “lamenta cualquier daño causado a lugares sagrados o a personas ajenas al conflicto” y aseguró que los resultados de la investigación serán publicados “de forma transparente”.
El director interino del hospital Al-Ahli, Fadel Naem, informó que varios heridos fueron trasladados a ese centro médico, incluyendo a dos personas en estado crítico. Según testimonios recogidos por Cáritas, otras víctimas presentaban heridas por cristales y escombros.
La primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, emitió una fuerte condena al ataque. “Los ataques contra la población civil que Israel viene demostrando desde hace meses son inaceptables. Ninguna acción militar puede justificar tal actitud”, afirmó.
Desde el inicio de la ofensiva israelí, la Iglesia de la Sagrada Familia se había convertido en un símbolo de resistencia y contención espiritual. El sacerdote Romanelli mantenía contacto diario con el papa Francisco, según había revelado el propio pontífice en una entrevista televisiva, interesándose por la situación de los refugiados a diario.
Según datos del Ministerio de Asuntos Religiosos de la Autoridad Nacional Palestina, al menos 815 mezquitas han sido destruidas en la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra. En ese contexto, la iglesia atacada representaba un último bastión de protección interreligiosa, en un enclave devastado por la violencia.
Organismos internacionales, entre ellos Cáritas y el Patriarcado Latino de Jerusalén, reiteraron su llamado a todas las partes del conflicto a respetar los espacios humanitarios. “Atacar lugares de culto y refugios civiles constituye una grave violación del derecho internacional humanitario”, subrayaron.
La situación en Gaza continúa siendo crítica, con el agravante de que, incluso los espacios de fe y acogida, ya no parecen quedar al margen del fuego cruzado.