Las tasas de interés volvieron a subirse ayer a la montaña rusa. La caución en pesos a un día trepó hasta 76% a mitad de la rueda, mientras que las Lecap más cortas operaron a 50% de tasa nominal anual (TNA). Finalmente, la caución cerró en 38%, en otro día de volatilidad tras la extinción de las LEFI, el instrumento que era utilizado por los bancos para manejar su liquidez.
Ese desplome colaboró para que el dólar cayera $ 25 y cerrara la rueda en $ 1275. Analistas de la City creen que el Banco Central intervino en futuros para frenar la escalada del tipo de cambio.
Pero el partido más áspero se jugó en los instrumentos en pesos. La falta de liquidez, tras la migración a Lecap cortas de los bancos, generó un nuevo cimbronazo en la plaza. “Con el nuevo esquema monetario, los bancos parecerían haber licitado de más, en la última licitación de Lecap. En consecuencia, están cortos de liquidez. Esto generó que la tasa de repo (a la que se prestan los bancos a un día) haya volado. Lo mismo con la caución”, explicó Nicolás Capella, sales trader de Grupo IEB, al tiempo que remarcó que para solucionarlo deben vender dólares o bonos en pesos.
El mercado no sólo perdió un instrumento clave de absorción monetaria, sino que aún no termina de acostumbrarse a operar con una tasa endógena, es decir, sin una señal concreta del Banco Central.
“Con la eliminación de las LEFI, el esquema monetario argentino dejó de tener una tasa objetivo (como lo eran antes la de Leliq, pases o LEFI) y pasó a un régimen de agregados monetarios. La tasa de caución de muy corto plazo pasó a ocupar un rol central como termómetro diario del equilibrio entre oferta y demanda de pesos”, explicó Agustina Savoia, asesora financiera de Cocos Gold.
Así, la caución se erigió como la tasa de referencia de facto para el sistema financiero: “Refleja en tiempo real cuánta liquidez hay en el mercado. Si la tasa sube, hay escasez de pesos (más demanda de pesos que oferta); si baja, hay exceso de liquidez”, agregó Savoia.
Además del subibaja de la caución, hubo ventas en toda la curva CER, con el tramo 2025 cerrando en CER + 19 por ciento.
Pedro Siaba Serrate, head of research & strategy de PPI, cree que el movimiento de las tasas puede estar propiciado por inversores y bancos que tomaron caución ante la falta de liquidez. “Los primeros apostaron hace una semana por instrumentos en pesos y ahora están sufriendo por partida doble (baja del precio y aumento del costo de fondeo) y también las tesorerías de los bancos quedaron con baja liquidez después de la última licitación”, aseguró.
La volatilidad en las tasas continuará, al menos, hasta la próxima licitación del Tesoro, que será el 29 de julio, donde el Tesoro intentará renovar $ 11 billones. Allí, será clave qué nivel de tasas convalida el ministerio de Economía. “La dinámica actual no solo encarece la deuda del Tesoro y compromete los rollover; también frena la actividad. Con tasas reales en el tramo corto rondando CER + 17 %, el crédito se enfría (junio mostró el menor crecimiento desde mayo de 2024) y la economía empieza a sentir el golpe”, alertó en un informe Delphos Investment.
Desde Max Capital creen que la volatilidad de tasas es una característica propia del esquema de agregados monetarios, donde el Tesoro opera a través de licitaciones quincenales. “Esto hace que cualquier exceso o falta de liquidez entre licitaciones se traslade directamente a las tasas, amplificando la volatilidad”, consideraron.
Analistas sugirieron morigerar la volatilidad con una ventanilla de pases que marque un piso y un techo para las tasas; y mayor presencia del BCRA en el mercado secundario, comprando cuando las tasas suben y vendiendo cuando bajan.
Las tasas se subieron a la montaña rusa. Ajústense los cinturones.
Fuente El Cronista