CARACAS, 23 de julio de 2025 – Total News Agency-TNA-En una puesta en escena cuidadosamente orquestada, el dictador venezolano Nicolás Maduro celebró este domingo el retorno al país de 252 ciudadanos deportados desde Estados Unidos, entre ellos la niña Maykelis Antonella —apodada por la propaganda oficialista como la “Elián venezolana”—, a quien sostuvo en brazos mientras dialogaba en tono íntimo y festivo con su socio político, el ex presidente español José Luis Rodríguez Zapatero.
“¡Muchas gracias por todo el apoyo para este canje, esta liberación, que ha llenado de felicidad a tantas familias!”, le dijo Maduro a Zapatero a través de una videollamada, en una escena difundida con insistencia por la maquinaria mediática del chavismo, que la presentó como una muestra de humanidad y reconciliación. En realidad, según señalaron fuentes opositoras, el acto fue parte de una calculada operación política con fines propagandísticos.
La complicidad entre ambos líderes quedó nuevamente expuesta. “Eso está hecho, ya me preparo”, respondió el ex mandatario español, risueño, ante la invitación del dictador caribeño para que regrese a Venezuela y retome su papel como facilitador del diálogo. Zapatero, a quien sectores democráticos de la región consideran un vocero oficioso del régimen bolivariano, se mostró satisfecho por los resultados del acuerdo de repatriación, que involucró negociaciones entre Caracas, Washington y El Salvador.
El canje incluyó el retorno a Venezuela de los 252 migrantes desde la megacárcel salvadoreña del Cecot —donde se encontraban detenidos por violaciones a leyes migratorias— a cambio de la excarcelación de al menos 10 ciudadanos estadounidenses y 48 presos políticos venezolanos, según confirmó el propio Maduro. El Palacio de Miraflores prometió que la cifra llegará a 80, aunque evitó dar mayores precisiones sobre los criterios de selección.
Trascendió además que Zapatero habría presentado una lista con una veintena de detenidos políticos considerados “pesos pesados” por su liderazgo opositor y activismo, entre ellos una mujer hispano-venezolana. Fuentes opositoras creen que el dirigente socialista español busca reposicionarse como figura clave en el tablero venezolano, a un año del megafraude del 28 de julio de 2024, en el que la oposición democrática venció con más de cuatro millones de votos al régimen, pero fue despojada del triunfo mediante manipulación electoral y represión.
La vuelta de Zapatero a la escena chavista no es casual. Es visto por muchos como el “otro canciller” de Maduro, por su activa defensa internacional del régimen y su rol en desactivar presiones externas. Fue también quien intercedió en la salida hacia España del candidato opositor Edmundo González Urrutia, hoy exiliado, tras la ola represiva que siguió al escándalo electoral. La Asamblea Nacional opositora lo declaró persona non grata en 2018, y organizaciones de derechos humanos han criticado sistemáticamente su participación en diálogos que terminan beneficiando al poder de facto.
Mientras tanto, la ONG Foro Penal advirtió que, pese a las liberaciones anunciadas, el número total de presos políticos sigue superando los 900, y se siguen registrando nuevas detenciones arbitrarias. Entre los liberados figuran ex diputados como William Dávila, líderes regionales como Gregorio Graterol y presos con enfermedades crónicas. Sin embargo, el escándalo se desató al confirmarse que entre los liberados enviados a EE.UU. se encontraba Dahud Hanid Ortiz, un ex militar condenado por un triple homicidio en Madrid, ajeno al perfil de preso político.
Así, el régimen de Maduro volvió a instrumentalizar las vidas humanas en su pulseada con Washington, al tiempo que recompone con fuerza la relación con su socio ideológico, Rodríguez Zapatero, quien vuelve a escena con una promesa: ser el interlocutor confiable que la dictadura necesita para blanquear su rostro ante el mundo.