Buenos Aires, 28 de julio de 2025 – Total News Agency‑TNA‑Las Fuerzas Armadas y cuerpos de seguridad federales atraviesan una crisis sin precedentes: entre enero y junio de 2025 renunciaron voluntariamente 2.273 uniformados, motivados por salarios insuficientes y el deterioro crítico de la obra social.
Deserción institucional: reparto por fuerza
El relevamiento interno y testimonios de efectivos consignan las siguientes cifras de bajas solicitadas:
- Ejército: 257
- Armada Argentina: 234
- Fuerza Aérea: 193
- Gendarmería: 386
- Prefectura Naval: 322
- Policía Federal: 412
- Policía de Seguridad Aeroportuaria: 177
- Servicio Penitenciario Federal: 292
Estos niveles de renuncias, concentradas entre oficiales subalternos y suboficiales, representan una merma significativa frente a los egresos anuales tradicionales —unos 600 suboficiales y 100 oficiales del Ejército—, lo que pone en riesgo la operatividad y el recambio generacional.
El salario que no alcanza
El sueldo de los rangos inferiores es alarmantemente bajo: un cabo segundo percibe $673.588 mensuales, un cabo primero $727.764 y un sargento $810.933. Entre los oficiales de menor jerarquía —subteniente, guardiamarina o alférez— el ingreso promedia los $766.215. Incluso un capitán o teniente de navío apenas supera el millón de pesos. Estas cifras están por debajo del salario mínimo necesario para sostener una familia tipo, que según el INDEC en junio fue de $1.128.398.
La imposibilidad de cubrir costos como alquiler, alimentación o transporte aparece como causa recurrente de renuncias, especialmente cuando los efectivos son reasignados a grandes centros urbanos o derivados lejos de sus provincias de origen.
Emergencia sanitaria: colapso de IOSFA
La crisis del Instituto de Obra Social de las Fuerzas Armadas y de Seguridad (IOSFA) es otro detonante del malestar. Con más de 600.000 afiliados, la entidad acumula una deuda que supera los $160.000 millones, según denuncias internas y analistas del sector.
El colapso se expresa en demoras extremas para acceder a especialistas, carencia de cobertura médica en varias provincias y dificultades para obtener medicamentos de alto costo. A pesar de descuentos de hasta $300.000 mensuales en recibos de sueldo, muchos afiliados quedaron sin prestaciones efectivas.
El reclamo incluso llevó a la presentación de una carta pública por parte de la Asociación de Suboficiales Argentinos (ASUBA), en la que denuncian que el ministro de Defensa Luis Petri pospuso la equiparación salarial hasta fines de 2027. “Es desconocer el derecho elemental a una vida digna”, afirmaron.
Suicidio y colapso institucional
La crisis alcanzó niveles dramáticos con el suicidio del suboficial escribiente Alejandro Tijerina, interno del Hospital Churruca, harto de la precariedad del sistema institucional de salud. La radio web Frecuencia Azul, conformada por retirados de la policía, relató que su muerte fue resultado del abandono y la falta de atención adecuada en una institución que otrora fue referente nacional.
Respuesta legislativa
En el ámbito parlamentario, el senador Enrique Goerling (PRO–Misiones), a cargo de la Comisión Bicameral de Seguimiento de Fuerzas de Seguridad, confirmó que se trabaja en la creación de una subcomisión específica para abordar los reclamos salariales, laborales y de salud de los efectivos. Aunque aún no se recibió un pedido formal de informes, declaró que la situación requiere monitoreo urgente y acciones institucionales.
La combinación de salarios por debajo de la línea de pobreza, una obra social prácticamente inoperativa y la renuncia masiva de personal operativo revela una crisis estructural que compromete la seguridad nacional. Los éxodos acumulativos de los uniformados más experimentados y mejor formados dejan a las fuerzas en estado de vulnerabilidad, mientras el Estado aún no ha implementado mejoras concretas que detengan la deserción.