Campana, 13 de agosto de 2025 – Total News Agency – TNA – En una jornada marcada por la emoción y la tensión acumulada por años, el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Zárate-Campana condenó al empresario Claudio Contardi (57) a 19 años de prisión por abuso sexual con acceso carnal agravado, perpetrado contra su exesposa, la modelo y conductora Julieta Prandi (44), entre los años 2015 y 2018. La pena se corresponde con las solicitadas por la fiscalía (20 años), mientras que la querella había reclamado 50 años como máxima sanción posible.
La lectura del veredicto se realizó sin la presencia de Prandi, quien fue alertada apenas llegó a los tribunales. Ella ingresó al edificio junto a su pareja, Emanuel Ortega, y sus letrados—Fernando Burlando y Javier Baños—solo después de que se dictara la sentencia. Conformada, pero visiblemente afectada, se descompensó poco después y requirió asistencia médica.
Al escuchar el fallo, Prandi expresó: “Hoy vuelvo a vivir… siento que la Justicia finalmente escuchó… es un antes y un después”. Las palabras de la conductora suscitaron emoción en el entorno presente, incluida su familia, abogados y el fiscal Christian Fabio, que se encontraban dentro de la sala.
Tras la sentencia, Contardi fue detenido inmediatamente y trasladado a la dependencia de la DDI de Campana, donde espera su traslado oficial a un establecimiento penitenciario. Su defensa ya anticipó que evaluará los fundamentos del fallo con miras a presentar una apelación.
La madre de Prandi, Claudia Caballero, estuvo presente y, tras el veredicto, calificó al acusado como “una persona peligrosa”. Reveló además que en los años de matrimonio la familia Prandi sufrió aislamiento afectivo, y denunció un perjuicio económico: “Contardi nos sacó 33.000 dólares para un local que alquilamos. No lo volvimos a ver”, lamentó.
El fallo judicial también ordenó la inscripción de Contardi en el Registro Nacional de Personas Condenadas por Delitos Vinculados a la Integridad Sexual y su incorporación al Registro Nacional de Datos Genéticos, tal como lo habían solicitado los querellantes.
Este caso, nacido de una denuncia formal realizada en octubre de 2021, culmina con una condena que muchos esperaban como un símbolo de justicia para las víctimas de violencia de género dentro del ámbito matrimonial. Julieta Prandi, visiblemente emocionada, concluyó: “La víctima denunciada debe ser protegida. No puede ser un infierno tener que denunciar. Las pericias deben ser obligatorias; la víctima no puede ser la única que deba confirmar su infierno”.
Con esta condena de 19 años, la justicia argentina avala un proceso judicial que implicó un fuerte desgaste emocional para la víctima. El fallo se perfila como un caso bisagra: reafirma el derecho a ser escuchada y marca un precedente en la respuesta penal ante abusos sexuales en el contexto de violencia de género