Washington, 13 de agosto de 2025 – Total News Agency-TNA- –Estados Unidos desplegó este miércoles dos buques de guerra cerca del disputado Banco Scarborough, en el Mar de China Meridional, luego de que dos embarcaciones chinas —una de la armada y otra de la guardia costera— colisionaran el lunes durante un intento de bloquear y ahuyentar a un buque filipino, según la Guardia Costera de Filipinas y funcionarios estadounidenses.
El USS Higgins, destructor de misiles guiados, y el USS Cincinnati, buque de combate litoral, navegaron a unos 55 kilómetros (30 millas náuticas) del Banco Scarborough, mientras eran monitoreados por un buque de la armada china. No se reportaron incidentes, indicó el comodoro Jay Tarriela, citando a funcionarios estadounidenses y a un vuelo de vigilancia filipino.
La colisión del lunes involucró a un destructor chino de 7.500 toneladas y a un buque de la guardia costera que intentaban interceptar al patrullero filipino BRP Suluan a unos 19 kilómetros (10,5 millas náuticas) de Scarborough, mientras éste distribuía ayuda a pescadores en la zona disputada. Imágenes de la Guardia Costera de Filipinas muestran al buque guardacostas chino disparando un cañón de agua y al destructor girando bruscamente, impactando la proa del guardacostas, que resultó severamente dañado.

El incidente, captado en video, generó preocupación en Japón, Australia y Nueva Zelanda, cuyos representantes en Manila advirtieron sobre el riesgo de escalada en una de las rutas marítimas comerciales más transitadas del mundo. El embajador japonés Endo Kazuya expresó su rechazo a cualquier acción que incremente las tensiones, mientras que Australia llamó a la moderación y al respeto del derecho internacional.
China y Filipinas reclaman el Banco Scarborough, junto con Vietnam, Malasia, Brunéi y Taiwán. Aunque el banco se encuentra dentro de la zona económica exclusiva filipina, China ejerce control efectivo sobre el atolón desde 2012, de acuerdo con el Asia Maritime Transparency Initiative.
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino calificó la presencia filipina como una “grave infracción de su soberanía”. En respuesta, el presidente filipino Ferdinand Marcos Jr. advirtió que la muerte de un marinero filipino en un incidente similar podría considerarse un “acto de guerra” bajo el tratado de defensa mutua con Estados Unidos.
Expertos como Alessio Patalano, del King’s College London, y Ray Powell, de la Universidad de Stanford, alertaron sobre el riesgo de que errores de cálculo deriven en enfrentamientos de mayor escala. Powell señaló que, de haber chocado contra la nave filipina más pequeña, podrían haberse producido heridos, muertos o el hundimiento de la embarcación.
En una rueda de prensa, Tarriela urgió a China a frenar las maniobras peligrosas y los bloqueos arriesgados, subrayando la alta probabilidad de colisiones graves. Horas antes del incidente naval, un caza chino voló a solo 152 metros de un avión de vigilancia filipino, realizando vuelos a baja altura sobre la aeronave durante al menos 20 minutos.
Analistas como Carl Schuster y Collin Koh calificaron la intervención del destructor chino como un uso desproporcionado de fuerza y criticaron la falta de coordinación, que terminó perjudicando a la propia armada china. Powell atribuyó este tipo de acciones a una cultura militar que premia la agresión y recordó antecedentes como el accidente fatal de un piloto chino en 2001.
El despliegue estadounidense reafirma el compromiso de Washington con la defensa de Filipinas, su aliado más antiguo en Asia, y se enmarca en la política naval de libertad de navegación y sobrevuelo en el Mar de China Meridional, destinada a cuestionar las reclamaciones de Pekín sobre estas aguas.