Berlín, 5 de septiembre de 2025-Total News Agency-TNA-Rusia y sus aliados operan vuelos de reconocimiento con drones sobre el este de Alemania para rastrear las rutas de transporte militar hacia Ucrania, identificar cargas y anticipar llegadas de munición al frente. Tres servicios de inteligencia occidentales informaron que estos aparatos sobrevuelan con frecuencia nodos logísticos y bases de la Bundeswehr; Berlín admite que el Ejército solo tiene competencia directa dentro de sus instalaciones, lo que deja amplias áreas en manos de la policía y de operadores civiles de infraestructura.
La magnitud del fenómeno quedó reflejada en reportes internos: entre enero y marzo se registraron 270 incidentes con 536 drones sobre objetivos sensibles —desde puertos y terminales de GNL hasta líneas férreas y cuarteles—, una oleada que alimenta la hipótesis de una campaña de espionaje e interferencia híbrida.
El caso más delicado se produjo en la base aérea de Schwesing (cercana a Husum), donde se entrenan soldados ucranianos en sistemas Patriot: seis incursiones entre el 9 y el 29 de enero mostraron drones profesionales capaces de “flotar” minutos sobre el objetivo y resistir inhibidores; la fiscalía de Schleswig-Holstein investiga por presunto espionaje.
El marco jurídico alemán es hoy el talón de Aquiles. Aunque el Gabinete aprobó en enero un proyecto para permitir a las Fuerzas Armadas abatir drones sobre infraestructura crítica cuando las policías carezcan de medios, la reforma del Luftsicherheitsgesetz no fue sancionada por el Bundestag en la legislatura anterior. Resultado: la defensa se frena por un “vacío legal” que impide respuestas rápidas y homogéneas fuera de predios militares.
En paralelo, la policía federal y fiscalías locales investigan múltiples avistamientos —también en Manching y Neuburg an der Donau— que se vinculan con espionaje ruso a bases y corredores logísticos aliados.
Lectura política y de seguridad
El patrón de sobrevuelo sobre rutas “vivas” de armamento, sumado a la incapacidad para neutralizar aparatos resistentes a contramedidas comerciales, proyecta una sensación de impunidad operativa que explota las grietas normativas de Alemania. Más allá de la atribución formal, el objetivo es claro: mapear, medir y desgastar la ayuda occidental a Kiev sin cruzar umbrales que activen respuestas cinéticas. En tanto el Bundestag no cierre el vacío legal y estandarice reglas de derribo, las rutas hacia Ucrania seguirán siendo campo abierto para ojos hostiles.