Testearse en la adversidad ayudó a la Selección de Scaloni a sacar conclusiones en la proyección al Mundial.
Entre todas las cosas que logró la mejor Selección de todos los tiempos está el hecho de que una derrota rápidamente se puede convertir en anécdota. Lo que antes de Scaloni hubiese sido un motivo de inquietud -caer en la última fecha de una Eliminatoria-, hoy no modifica más que la estadística.
Días después del show ante Venezuela y el impacto emocional que significó para todos el último partido oficial de Lionel Messi en el país, Argentina cumplió con el trámite en un territorio hostil. Y si bien no fue otro día en la oficina ni mucho menos porque no le fluyó el juego, porque apenas le pudo ver el buzo a Hernán Galíndez, porque padeció errores individuales que le costaron una dolorosa expulsión de Otamendi en su despedida de las clasificatorias y porque soportó la incorrecta decisión de Wilmar Roldán al sancionarle un penal que no existió, en la adversidad también dejó conclusiones que le pueden ser útiles en la proyección al Mundial.
La principal es que uno de los rivales más completos no se lo llevó por delante ni con un jugador más. Que supo sufrir y, aunque estuvo al límite, evitó perder la línea a pesar de la sucesión de contratiempos. Y siendo bien visitante en Guayaquil en un campo de juego mucho más seco que los que está acostumbrada ante este serio equipo de Ecuador y con la ausencia de la mitad de sus titulares, intentó -sin la intensidad, la presión tras pérdida asfixiante ni el cambio de ritmo que son su sello, es verdad- torcer un rumbo que desde el principio se le hizo cuesta arriba.
Lionel Scaloni – 10-9-2025
Scaloni se refirió a la decisión de darle la 10 a Mastantuono
Olé
Ni que Balerdi haya mostrado cierta debilidad en los mano a mano ni que Mastantuono, el pibe 10, no haya sido tan revulsivo como se hubiera esperado ni que haya necesitado que Dibu apagara los principios de incendio es para que suenen las alarmas.
Apenas para registrarlo y corregirlo. Porque esta Argentina líder, renovada y que nos genera orgullo hasta perdiendo está mucho más allá de una ocasional derrota.
Fuente OLE