En plena recorrida por el sur de Mendoza, el candidato a diputado nacional Mario Vadillo llegó a Malargüe y mostró el periplo que deben afrontar muchas familias de ese departamento para llegar a una escuela, el hospital, o para simplemente ir a hacer compras.
Según el ex legislador provincial, muchos lugareños deben cruzar a diario el Río Grande por medio de jaulas metálicas colgadas de cables de acero. “Es una postal que debería avergonzar a cualquier gobierno. Niños, mujeres y hombres arriesgan la vida todos los días porque la infraestructura prometida nunca llegó”, denunció.
Un presente más que complicado
Mario Vadillo, durante su recorrida por Malargüe, dialogó con puesteros y conoció el sistema de cruce del río en zonas cercanas a Portezuelo y al paraje Las Loicas.
“Lo vi con mis propios ojos: hay unas siete jaulas metálicas improvisadas que se mueven de una orilla a otra, colgadas de cables oxidados. En ellas viajan personas, animales, bolsones de mercadería y útiles escolares. Es la única forma de atravesar un río caudaloso y helado”, añadió.
Y señaló que “los videos en redes sociales muestran sin filtros a niños con mochilas pesadas cruzando solos en esas canastas para poder llegar a clases. El derecho constitucional a la educación, que debería estar garantizado por el Estado, aquí depende del coraje de las familias y de cables oxidados”.

“El sistema no es automático ni asistido, se mueve con la fuerza de los propios ocupantes. Cada cruce requiere un esfuerzo físico enorme, imposible para una persona enferma, un niño pequeño o alguien sin fuerza suficiente. Es cruel: quienes más necesitan llegar al hospital son los que menos posibilidades tienen de cruzar”, cuestionó el aspirante al Congreso nacional.
Por otra parte, advirtipo que “los puesteros no sólo cruzan para sobrevivir, también para producir. Ganado, fardos y mercaderías viajan en esas jaulas colgantes. Cada traslado encarece, demora y arriesga el trabajo de una comunidad que sostiene la economía local con esfuerzo, pero sin apoyo estatal”.
El sueño trunco de Portezuelo del Viento
En su estadía por el sur, Vadillo le apuntó a la administración provincial por la frustrada obra de Portezuelo del Viento. “Con esa excusa se frenaron inversiones y se dejó a las familias esperando un progreso que nunca llegó. Y mientras el dique no se hizo, el gobierno prefiere invertir millones en repavimentar autopistas para concesionarlas con peajes, pero ni un peso en construir un puente que cambie la vida en el sur mendocino”, criticó.
Abandono estatal y ciudadanos de segunda
Mario Vadillo, además, opinó sobre el abandono estatal que sufren los lugareños, quienes parecieran estar a la buena de Dios en el departamento sureño: “El derecho a la educación, a la salud y al trabajo se viola cada vez que alguien se sube a una canasta para cruzar el río. No se trata de folklore ni de costumbres rurales: es abandono estatal. Lo que debería ser un puente peatonal sencillo, de bajo costo y enorme impacto social, se convirtió en un reclamo histórico ignorado”, expresó el también abogado.
Por último, sumó: “La vida de los puesteros de Malargüe vale lo mismo que la de cualquier ciudadano de la capital. En Malargüe no falta coraje, sobra todos los días en cada cruce. Lo que falta es Estado”.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today