Por Redacción
Buenos Aires, 14 de septiembre de 2025 – Total News Agency – TNA –Tras el revés de casi 14 puntos en la provincia de Buenos Aires, el oficialismo atraviesa su semana más áspera: mientras el Presidente se replegó con el círculo más estrecho, Sebastián Pareja —mano derecha de Karina Milei en territorio bonaerense— emergió como actor decisivo y objeto de fuego cruzado. En paralelo, el estratega Santiago Caputo y el influencer Daniel “Gordo Dan” Parisini empujan por cambios, amplificando la interna y los reproches por la campaña.
El factor Pareja se volvió clave por su peso real en las listas y en la Legislatura provincial. Informes coinciden en que su armado retuvo poder territorial y una bancada propia relevante, lo que lo coloca en posición de negociación frente a la Casa Rosada. En medios y portales locales circularon versiones sobre una “amenaza latente” de fractura del bloque bonaerense, escenario que el entorno libertario busca desactivar para evitar nuevas fugas.
La tensión se alimenta, además, por la presión pública de “Gordo Dan”, referente digital cercano a Caputo, que pidió la salida de Eduardo “Lule” Menem y del propio Pareja por considerar que “usan de escudo” a la secretaria general de la Presidencia. Sus mensajes encendieron a la militancia y profundizaron la grieta entre “caputistas” y “karinistas” en la coalición.
En el trasfondo, el frente judicial y legislativo añade combustible. La comisión investigadora del Congreso citó a Karina Milei por el caso $Libra, mientras avanza la causa por supuestas coimas en la Agencia Nacional de Discapacidad, con operativos y hallazgos que reactivaron el escándalo de los audios atribuidos a Diego Spagnuolo. Estos expedientes ensanchan la zona de riesgo político justo cuando el Gobierno necesita ordenar filas de cara a octubre.
En paralelo, Caputo volvió a quedar en el centro de la escena por diferencias estratégicas tras la derrota y por la búsqueda de un nuevo entendimiento con el PRO, donde también crecieron reproches por la fiscalización y las listas. La discusión por la conducción de los bloques y las eventuales recomposiciones en la “mesa política” siguen abiertas.