El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez , llegó este pasado domingo a Málaga para impulsar a María Jesús Montero como candidata a la Junta de Andalucía contra Juanma Moreno. Una estancia de solo tres horas en la que los discursos estuvieron trufados de datos refutables, sobre todo en la parte evocadora a una supuesta etapa dorada del socialismo en la región. En medio de la aceleración de Montero y la sonrisa pícara de Sánchez, hubo gestos, convertidos en hechos, que retrataron al presidente como en un desglose de sus casi ocho años de política desde la Moncloa. TrampasEl PSOE andaluz convocó el acto de María Jesús Montero con Pedro Sánchez en el pabellón deportivo de la Universidad de Málaga a las 11.30 horas del domingo. Mandó la convocatoria a los medios y, días antes de la visita, llegó otra citación. Esta vez sólo para medios gráficos y con perfil institucional. El Ministerio de Vivienda convocaba a la visita de una promoción de VPO cerca del lugar del mitin. A la convocatoria asistiría el presidente del Gobierno.El acto era una trampa. Como adelantó ABC , una mera excusa para que Pedro Sánchez y los ministros que estuvieran en Madrid pudieran viajar en el Falcon. La alternativa del AVE no se baraja en un Gobierno al que abuchean en las calles. Esa convocatoria trampa, media hora antes de mitin, sirvió para que la factura del desembarco la abonaran las arcas de Estados. Polarización Sánchez empezó esta legislatura promulgando levantar un muro entre españoles. Dividiendo a la sociedad alimentando a los extremos. Polarizar la sociedad para segregar entre buenos y malos, entre fachas y progres. Su última herramienta es Palestina . En Málaga, la primera arenga que hizo fue a aquellos que llevaban días tratando de boicotear La Vuelta a España. Mostró su «admiración» por los manifestantes, avisando de que era la última etapa en Madrid. Espoleó unas protestas que acabaron con la suspensión de esa etapa de homenaje al campeón, que no ha cogido nunca un fusil en Gaza, con 22 policías heridos y con el delegado del Gobierno en Madrid, su representante en esa comunidad, diciendo en tono solemne que la tarde había pasado «sin incidencias graves» . Desde Málaga volvió a alimentar a los extremistas, que por la tarde sembraron las calles de violencia. BulosLa propuesta estrella de Pedro Sánchez en Málaga fue que este mismo lunes se iban a revocar 53.000 viviendas turísticas en España. El Ministerio de Vivienda completó la información con una nota de prensa que ahondaba en el engaño. En Andalucía había 16.000 pisos turísticos ilegales. La provincia de Málaga tenía 8.000 y Sevilla capital 2.200. No había bajado del atril y la Junta de Andalucía ya lo había desmentido . El Gobierno a través de registro único de arrendatarios, una vez localizadas las irregularidades, solo puede pedir la retirada de los anuncios en las plataformas como Booking o AirBNB. Con un régimen sancionador poco claro ni siquiera puede multar si no le hacen caso. Ni mucho menos suprimir licencias . Esa competencia es autonómica y, además, en Andalucía ya se ejerce cuando los ayuntamientos solicitan cancelar una vivienda turística porque no cumple las ordenanzas reguladoras. Coló un bulo y lo cazaron. Insultos Casi con desdén, ante 4.000 personas, cuando el discurso tocaba su fin, Pedro Sánchez arremetió, sin dejar de sonreír, contra Juanma Moreno. Llamó al presidente andaluz «distante», «displicente» y «desganado» , mientras ensalzaba la energía de Montero. Era un intento de picarlo para obtener una respuesta que lo pueda situar como un ultra. Sacar al Gobierno andaluz de la moderación, donde obtiene votantes de los caladeros más moderados del centro izquierda.Para ello, la mayor parte del discurso fue un intento de acercar al PP y a Vox. «Feijóo es una mala copia de Abascal», dijo con un desprecio impostado. «Moreno necesita a Vox» , señaló en otro intento de unir al PP a la extrema derecha. Una causa por la que hasta sacó a Carlos Mazón, reprochó las muertes en la DANA, y lo llevó al pacto del PP con Vox en Valencia. ContradicciónPedro Sánchez atizó con los incendios y habló del cambió climático. Dijo que era un problema real, que se había podido comprobar en Valencia. En ese punto pidió un pacto de Estado contra la emergencia climática. El presidente quiere poner a todos los partidos de acuerdo para conservar el planeta, pero se olvidó de la propuesta al salir por el polideportivo de la Universidad de Málaga. Desde el mitin de marchó al aeropuerto de Málaga donde, seguramente, cambió de opinión en eso de conservar el planeta al subirse al Falcon. Casi 2.000 litros de combustible quemó el avión el domingo en el viaje de ida y vuelta entre Madrid y Málaga. Al mismo tiempo emitió cinco toneladas de CO2 a una atmósfera que sufre la emergencia climática, pero que puede aguantar un poco más hasta que el ministro de Transportes, Óscar Puente, dé con la clave de los retrasos del AVE.
Fuente ABC