En el marco de una jornada de alta tensión política y financiera, el presidente Javier Milei se dirigirá a la ciudadanía esta noche, a las 21.00, en cadena nacional para presentar los lineamientos centrales del proyecto de Presupuesto 2026. El mensaje, que será grabado previamente desde la Casa Rosada y confirmado por el vocero presidencial Manuel Adorni, es considerado un punto de inflexión para su gobierno, destinado a disipar la creciente incertidumbre económica y a ratificar el rumbo de su programa de ajuste.
La alocución presidencial llega en un momento crítico, buscando calmar a los mercados tras una semana de extrema volatilidad que culminó con un “viernes negro” para los activos argentinos, y en el cierre de un “súper lunes” cargado de actividad política para el oficialismo.
La jornada de hoy no será una más en la agenda gubernamental. Desde temprano, la Casa de Gobierno empezó a ser el epicentro de una serie de movimientos estratégicos. La agenda del día incluye la jura del flamante ministro del Interior, Lisandro Catalán, quien hasta ahora se desempeñaba como vicejefe de Gabinete.
El presupuesto, entre la política y la economía
El nombramiento de Catalán es una pieza clave en el esquema de poder, fundamental para la articulación política con las provincias y para fortalecer el diálogo en un Congreso donde el oficialismo no cuenta con mayoría propia. Además, la agenda del “súper lunes” contempla reuniones de la nueva mesa política nacional y de su contraparte en la provincia de Buenos Aires, dos espacios diseñados para consolidar la estrategia y la cohesión interna del espacio gobernante de cara a los desafíos legislativos y de gestión de octubre.
El núcleo del mensaje presidencial, sin embargo, estará enfocado en la economía. Se espera que el mandatario profundice en los detalles de su política de ajuste fiscal y control riguroso del gasto público, elementos que considera la piedra angular para lograr la estabilidad macroeconómica definitiva.
El Presidente buscará reafirmar que no habrá desvíos en su objetivo de mantener el equilibrio fiscal, un compromiso que ha sido tanto su principal bandera como el “caballo de batalla” de su programa. Este “ancla fiscal” ha sido, según el propio gobierno, el principal logro hasta la fecha, permitiendo un bajo traslado a precios (conocido como pass-through) de las fluctuaciones del tipo de cambio y generando mejoras de competitividad en un entorno virtualmente recesivo, donde las empresas han tenido dificultades para trasladar el encarecimiento de sus insumos a los precios finales.
No obstante, este pilar de la gestión económica ha comenzado a mostrar fisuras que preocupan a los inversores. La letra chica del Presupuesto 2026 es esperada con ansiedad por un mercado que necesita certezas.
En julio, las cuentas públicas registraron por primera vez en el año un déficit financiero, una señal de alarma que encendió las luces amarillas. Las proyecciones de consultoras privadas, como LCG, advierten que agosto podría repetir el rojo fiscal, afectado por una mala recaudación en medio de una profunda recesión y un superávit primario más acotado de lo previsto.
A esta fragilidad se suma el frente político: en el Congreso, la oposición avanza con proyectos que buscan revertir parte del histórico ajuste del gasto, lo que le ha puesto serios signos de interrogación a la sostenibilidad del superávit y, por ende, a la columna vertebral del plan económico.
Más allá del equilibrio de las cuentas públicas, la otra gran pregunta que sobrevuela el mercado es cómo se financiará el Gobierno en el futuro cercano. La situación es crítica. El riesgo país se mantiene firme por encima de los 1.000 puntos básicos, un nivel que consolida el carácter prohibitivo de la tasa de interés para acceder al crédito internacional.
Hoy, para lograr colocar deuda en los mercados voluntarios, Argentina debería ofrecer un rendimiento cercano al 14% anual en dólares, una cifra insostenible para cualquier economía. Esta barrera se levanta tanto por los traspiés políticos y la percepción de debilidad legislativa del oficialismo como por la persistente dificultad del Banco Central para acumular reservas, un factor que mina la confianza en la capacidad de pago del país.
En este contexto, el discurso de Milei buscará ser un bálsamo para unos mercados que vienen de sufrir una de sus peores semanas. La volatilidad reciente tuvo su clímax el pasado viernes, en una jornada muy negativa para los activos locales. El índice Merval de la bolsa porteña anotó una caída del 2,51%, redondeando una semana en la que se contrajo un alarmante 11,9% en pesos. La pérdida fue aún más devastadora medida en dólares, llegando a un derrumbe del 17,3%.
El panorama fue igual de sombrío para la deuda soberana. Según un informe del Grupo SBS, “los bonos en dólares operaron muy ofrecidos durante todo el viernes, llegaron a estar 3,5 dólares abajo y terminaron con caídas promedio de 2,75 dólares, acumulando en la semana post elecciones en PBA caídas promedio del 10%”.
Desde Portfolio Personal Inversiones (PPI) coincidieron en el diagnóstico, calificando la jornada como un “viernes oscuro para la deuda soberana hard dollar”. Detallaron que los bonos globales cayeron entre 3,3% y 5,2%, siendo los más golpeados el GD46 y el GD41.
Las pérdidas del viernes no solo borraron las leves recuperaciones observadas a mitad de semana, sino que profundizaron el saldo negativo. Así, el precio promedio ponderado de la deuda argentina finalizó en 57,9 dólares, retrocediendo un 10,1% en la medición semanal.
Por todo ello, la cadena nacional de esta noche trasciende la mera presentación de un presupuesto. Se trata de una instancia decisiva en la que el presidente Javier Milei intentará retomar la iniciativa, reafirmar su autoridad y, sobre todo, restaurar la confianza perdida.
Sus palabras serán examinadas con lupa por inversores, empresarios y ciudadanos, quienes buscan una señal clara de que el gobierno tiene un plan viable no solo para mantener el ajuste, sino para sentar las bases de un crecimiento futuro. El éxito o el fracaso de su mensaje podría definir el humor de los mercados y el clima económico de los próximos meses.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today