La Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) ha publicado este lunes varios documentos que analizan el impacto en la economía de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta 2023 y de la reforma laboral de 2022 para estimar cómo afectan a la sostenibilidad del gasto en pensiones. La conclusión, a través de diversos cálculos, es que el efecto es positivo, pero de un tamaño reducido.
“El SMI y las medidas de la reforma laboral han tenido un impacto limitado, aunque ligeramente positivo, sobre la actividad económica, el empleo y las cotizaciones sociales en términos de PIB”, resume la institución. El ejercicio consiste en estimar el impacto macroeconómico del conjunto de las medidas a través de distintos modelos. En algunos solo se tienen en cuenta los canales de la demanda y en otros también los de la oferta, por lo que del análisis se desprende una valoración de carácter más cualitativo a través de una visión de conjunto.
En primer lugar, la AIReF encuentra un impacto negativo, aunque “relativamente reducido”, de los aumentos del salario mínimo de 2019 y 2023 en el empleo. Las subidas afectan cada año a un porcentaje mayor de individuos, por lo que el potencial de freno en la creación de puestos de trabajo también aumenta. En concreto, el impacto pasa de una reducción en la creación de empleo de entre 0,28 y 0,45 puntos porcentuales en 2019 (entre 40.000 y 65.000 empleos menos) a una afectación entre 0,34 y 0,53 puntos menos (lo que implicaría una reducción de entre 55.000 y 85.000 afiliados).
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Sin embargo, este es solo el efecto directo sobre la afiliación, sin considerar la mejora que puede existir del consumo al aportar más renta a los hogares. Para aproximarse a estos aspectos, la AIReF usa un modelo macroeconómico y calcula el impacto de las subidas del SMI entre 2020 y 2023 sobre la demanda. El resultado es positivo en los dos modelos usados, MTA y MEGAIReF, que reflejan un incremento anual en el promedio 2022-2050 de un 0,1 y de 0,2 puntos del PIB, respectivamente; de un 0 y un 0,2 en el empleo; y de un 1,4 y un 0,2 en los ingresos por cotizaciones sociales.
El problema es que estas estimaciones macro no tienen en cuenta la oferta, es decir, los empleos no creados por el incremento del coste para las empresas, por lo que fuentes de la AIReF inciden en que la mejora es “muy limitada”. De hecho, señalan que si los modelos macro incluyeran el impacto por el lado de la oferta, “se comería prácticamente el efecto expansivo”. Por ello, concluyen que el efecto expansivo de subir el SMI “es prácticamente nulo”.
Mejora en la estabilidad del empleo
Respecto a la reforma laboral, AIReF detecta una mejora en el mercado laboral consistente en una mayor probabilidad de salir del desempleo y una menor de perder el empleo si se compara el periodo 2018-2019 con 2022-2023, después de la entrada en vigor de la ley. Tomando los cálculos a partir de la Muestra Continua de Vidas Laborales, se pasa del 13,56% anual al 14,7% en el primer caso y del 5,55% al 4,87% en el segundo. Esta mejora en la estabilidad repercute más en las mujeres y los jóvenes.
Trasladando estos resultados a los dos modelos macro, que esta vez sí incluyen efectos tanto por el lado de la demanda, como de la oferta, se observa también un efecto expansivo limitado porque los efectos se contraponen.
Por una parte, el poder negociador de los sindicatos para negociar mejoras salariales sube tras la reforma, lo que supone un efecto contractivo sobre la oferta, al igual que sucede con el aumento de los salarios de los trabajadores temporales y con el coste del despido al haber más empleo indefinido por la restricción de los contratos temporales. Sin embargo, la reforma tiene un efecto expansivo por el lado de la demanda porque hay más hogares con mayores rentas y con menor rotación en el empleo.
El resultado en términos macroeconómicos es que “la reforma laboral sería positiva, pero muy limitada” provocando una subida anual del PIB de 0,1 puntos, según el modelo MEGAIReF, para el periodo 2022-2050; un crecimiento del empleo de otro 0,1 punto adicional y de las cotizaciones en 0,3 puntos.
Estos resultados inciden en la tesis de que las medidas de mejora del mercado laboral tienen poca incidencia por sí mismas para apuntalar un mayor gasto en pensiones dado el desajuste de tamaño entre la cohorte que trabaja y tiene que financiar las pensiones con cotizaciones y la cohorte que cobra las prestaciones.
Fuente El Confidencial