Buenos Aires, 23 de septiembre de 2025 – Total News Agency – TNA –La creciente influencia tecnológica de China en América Latina ha encendido alarmas en gobiernos y centros de análisis internacionales. Pekín avanza con inversiones en redes 5G, infraestructura digital, estaciones espaciales y sistemas de guerra electrónica, consolidando una estrategia de poder de doble uso —civil y militar— que compromete la soberanía tecnológica de la región.
Redes digitales y control tecnológico
De acuerdo con informes del Consejo Europeo de Relaciones Exteriores (ECFR) y del Real Instituto de Servicios Unidos (RUSI), China ha desplegado una política de fusión cívico-militar que incluye la instalación de redes 5G, cables submarinos, centros de datos y sistemas de inteligencia artificial. Organizaciones como Access Now advierten que estas infraestructuras, muchas de ellas vinculadas a empresas como Huawei, ZTE, Hikvision y Dahua, representan riesgos directos para la privacidad y la seguridad digital.
En países como Brasil, México y Perú, el avance de estas compañías en proyectos de ciudades inteligentes y vigilancia masiva ha suscitado críticas. Casos como el del Instituto Costarricense de Electricidad, que terminó con la salida de altos ejecutivos por vínculos con Huawei, revelan el peso de la influencia china y los conflictos regulatorios que genera.
Infraestructura crítica y espacio exterior
El involucramiento chino en proyectos estratégicos ha puesto el foco en instalaciones sensibles. En Argentina, la estación espacial ubicada en Neuquén —operada por una entidad vinculada al Ejército Popular de Liberación— genera preocupación por su capacidad de monitoreo hemisférico. Otras estaciones similares funcionan en Bolivia, Brasil, Chile y Venezuela, en el marco de la red espacial profunda de Pekín.
En paralelo, la construcción de represas hidroeléctricas en Santa Cruz, el despliegue en telecomunicaciones 5G y los proyectos vinculados a centrales nucleares son observados en Washington como intentos de posicionarse en sectores críticos de la región.
Guerra electrónica y proyección hemisférica
Según el Financial Times y el CSIS, China desarrolla “armas cognitivas” basadas en inteligencia artificial, capaces de bloquear radares, interferir comunicaciones y manipular el espectro electromagnético sin intervención humana. Estas capacidades ya tendrían un pie en el continente: en Cuba se habrían instalado estaciones de escucha electrónica para interceptar comunicaciones de Estados Unidos, mientras que en Venezuela se despliegan sistemas satelitales gestionados por la corporación China Great Wall Industry.
Riesgos de soberanía y gobernanza
Expertos en ciberseguridad como Esteban Jiménez, de Atticyber, advierten que los equipos de origen chino no cumplen con estándares internacionales como la norma ISO 28000, lo que compromete la seguridad en la cadena de suministro de telecomunicaciones. A su juicio, muchos países de la región incorporan estas tecnologías sin una regulación clara ni evaluaciones técnicas independientes, lo que aumenta la vulnerabilidad frente a incidentes o ataques.
En apenas dos décadas, la estrategia de Pekín ha pasado de ser marginal a convertirse en estructural: el control de puertos, redes digitales, satélites y represas en América Latina responde a un juego geopolítico de largo aliento que reconfigura el mapa regional en función de los intereses del Partido Comunista Chino.