BUENOS AIRES, 25 de septiembre de 2025 – Total News Agency – TNA –Memoria Activa repudió con firmeza el fallo del juez Mariano Llorens en la causa AMIA, al considerar que sus expresiones hacia la agrupación son despectivas, malintencionadas y ofensivas para los familiares de las víctimas. La organización denunció que el magistrado minimiza los delitos de encubrimiento y desvío estatal como simples “errores” o “irregularidades”, desconoce el funcionamiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y utiliza de forma selectiva fallos que favorecieron sus reclamos.
En el comunicado difundido, la agrupación afirmó que Llorens ataca con “arrogancia y desprecio” la lucha por la verdad y la justicia sostenida durante más de tres décadas, mientras relativiza las responsabilidades del Estado en el encubrimiento. También lo acusó de tergiversar decisiones de la Corte Interamericana y de insinuar, sin pruebas, que el proceso ante los organismos internacionales tuvo motivaciones políticas.
Memoria Activa advirtió que con este fallo el juez contribuye a consolidar una versión oficial sesgada sobre los responsables del atentado de 1994 y afirmó que “no hay mayor peligro que un juez que combina sesgo e ignorancia”.
Comunicado completo de Memoria Activa:
El juez Llorens ataca a Memoria Activa y deshonra su función |
La Sala I de la Cámara Criminal y Correccional Federal habilitó el martes pasado el procedimiento del juicio en ausencia en la causa AMIA. Además de nuevamente disentir y advertir sobre el juicio en ausencia como herramienta riesgosa, especialmente en un caso marcado por el encubrimiento estatal y la manipulación de pruebas, en esta oportunidad nos vemos obligados, también, a pronunciarnos con firmeza sobre el tono despectivo y las insinuaciones malintencionadas que el juez Mariano Llorens dirige hacia Memoria Activa en su fallo. El juez Llorens cuestiona, con arrogancia y desprecio, la lucha por la verdad y la justicia que los familiares han sostenido con coherencia y dignidad durante más de tres décadas. Lo hace sin el menor respeto y, aún más grave, minimizando las responsabilidades del Estado en el desvío y encubrimiento de la investigación. Las califica de “irregularidades” producto de la “desidia” o la “negligencia” y las llama con liviandad “errores”. Bien sabe el juez que fueron graves delitos sobre los cuales existen sentencias. Mientras tanto, lo que Llorens parece no tolerar es la perseverancia de quienes nunca bajamos los brazos contra la impunidad para lograr las condenas. Como si no alcanzara con lo anterior, para continuar con su crítica, Llorens también se expresa desde una evidente ignorancia sobre el funcionamiento del Sistema Interamericano de Derechos Humanos. Confunde, incluso, a la Comisión Interamericana con la Corte Internacional de Derechos Humanos y sostiene que la decisión de Memoria Activa de acudir al sistema interamericano es “contradictoria” con la crítica al juicio en ausencia, una afirmación falaz, que ignora por completo los fundamentos legales y éticos del reclamo internacional. Insólitamente, luego cita —de forma selectiva y manipulada— el fallo de la misma Corte Interamericana a favor de Memoria Activa, como si pudiera servirse de él sin aceptar las razones que le dieron origen. No hay mayor peligro que un juez que combina sesgo e ignorancia. Vergonzosas son también las insinuaciones injustificadas sobre el proceso ante los órganos interamericanos, como si se tratara de una maniobra política. Que semejante desdén provenga de un juez con nombre propio en la llamada “Justicia de Comodoro Py” —desde donde se encubrió, desvió y demoró esta causa durante décadas—, es un insulto a las víctimas, a sus familiares y a la memoria colectiva. Finalmente, sobre los posibles responsables del atentado, Llorens afirma que son “ya conocidos” y que solo resta sancionarlos. Entonces, surge la pregunta: ¿para qué serviría entonces el juicio en ausencia si no es para consolidar una única versión oficial? Esto no es justicia, es ficción. El rol de un juez no es atacar a las víctimas. Es garantizar el acceso a la verdad, a un juicio justo y a la reparación adecuada. Llorens ha fallado en ese deber. Como dice el Talmud: “Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados.” |