El polifuncional jugador de la Academia disputará su primer partido frente a los hinchas del millonarios, que aún hoy se lamentan por la decisión que en su momento tomaron en Nuñez de rechazarlo.
No solo para Salas, Juanfer Acuña o Zuculini será un partido lleno de nostalgia: Santiago Sosa vivirá 90 minutos con los sentimientos a flor de piel porque por primera vez en su carrera estará frente a los hinchas del club del cual es fanático de chiquitito.
Amado por los de Racing debido al altísimo nivel que tuvo desde su arribo a la Acadé y uno de los baluartes del ganador equipo de Costas, el polifuncional producto de las Inferiores millonarias tiene una particular historia. Porque si desde el Atlanta United aterrizó en Avellaneda fue porque en Núñez le dijeron que no lo necesitaban cuando él golpeó la puerta.
Así fue como después de ese revés en tiempos de Demichelis recayó en un club que le calzó justo a su juego y que le permitió reinventarse al mismo tiempo que fue viendo cómo en River pasaron Kranevitter, Fonseca, Villagra y más delante Portillo para cubrir el vacío en un puesto que ya no es de Enzo Pérez y que bien pudo haber cubierto si le habrían abierto los brazos.
Sosa, listo para su primer partido ante River (Prensa racing).
Volante central de una gran dinámica, zaguero con un enorme entendimiento del juego, sus estadísticas en pases, cruces y hasta en duelos aéreos llaman la atención por lo buenas que son y contrastan notoriamente con la de todos los que ocuparon un lugar en el que a él más que a ninguno le hubiese gustado acaparar.
En el Gigante será patrón del círculo central pero con la celeste y blanca. Su historia con la banda roja transcurrió desde los 10 años hasta los 21, cuando tapado por nombres pesados como el propio Enzo Pérez, Ponzio y Zuculini (hoy su compañero), decidió cambiar de rumbo, no sin antes fundirse en un abrazo con Marcelo Gallardo en el Camp, imagen idéntica a la del padre que despide a un hijo que se va a vivir al exterior.
Los u$s 6.000.000 limpios por el 70% de sus derechos económicos que le dejó al CARP fueron para invertirlos en ese mismo merado en Paradela (1.7M), Palavecino (1,8M) y Fontana (1,7M), refuerzos que se fueron sin gloria y con mucha pena.
A los 26 años, el talento que intenta no claudicar en su intención de convertirse en licenciado en Administración de empresas y al que el propio Muñeco hizo debutar ¡frente a Racing! en la Libertadores 2018 llevó sus cualidades técnicas, su vocación por aprender y su aptitud para adaptarse a nuevas funciones en una Academia en la que dio dos vueltas olímpicas pero en la que pretende protagonizar varias más antes de darse el gusto de probar su capacidad en alguna liga europea.
Sosa, en River, disputa una pelota con Centurión (AFP).
Y mientras en el colectivo riverplatense se siguen lamentando por la errónea decisión dirigencial de no haberlo aceptado, él disfruta de la vida color de Sosa.
Fuente OLE