Buenos Aires, 6 de octubre de 2025 – Total News Agency-TNA.-El escándalo que envuelve a José Luis Espert continúa generando repercusiones políticas y judiciales. Nuevas revelaciones vinculan al economista con el empresario Federico “Fred” Machado, detenido y acusado de narcotráfico y lavado de dinero, y con el consultor político Luis Rosales, quien fuera su compañero de fórmula en la elección presidencial de 2019.
Un triángulo con demasiados secretos
Según fuentes allegadas al caso, Espert, Rosales y Machado conformaron durante un breve período una suerte de “triángulo de hierro” político y financiero, cómo señaló el periodista Antonio D’Eramo en Iprofesional. Su vínculo, nacido en 2019, terminó en una red de acusaciones cruzadas, operaciones poco claras y una serie de irregularidades que hoy comprometen al dirigente liberal.
Machado, en prisión domiciliaria y con su extradición a Estados Unidos recientemente aprobada por el presidente Javier Milei, rompió el silencio y apuntó contra Espert. “La cagada de Espert fue haberme negado, no haberme reconocido y decir ‘me dio una mano’, pero acá están los hechos”, declaró el empresario, visiblemente molesto con quien alguna vez consideró un aliado político.
El empresario afirmó que el diputado le pidió una colaboración económica durante la campaña presidencial: “¿No me podés hacer un aporte monetario que estamos en bolas?”, recordó Machado. Según él, se trató de una ayuda logística, principalmente con transporte aéreo y gastos operativos, y no de un financiamiento directo de campaña.
El rol clave de Luis Rosales
De acuerdo con distintas versiones, el punto de encuentro entre Espert y Machado fue la casa de Luis Rosales, un consultor con amplios vínculos en Estados Unidos, cercano al estratega político Dick Morris, ex asesor de la familia Clinton. “Fue Rosales el que lo arrimó, porque lo conocía de antes y porque se vendía como el hombre de los vínculos en el norte”, relataron ex integrantes de Avanza Libertad.
Machado confirmó esa versión al sostener que conoció a Espert en una reunión en la vivienda de Rosales. “Ahí estaba Espert, Rosales, uno que hacía encuestas, dos chicos jóvenes y esta chica, Lilia Lemoine”, detalló, al tiempo que describió el encuentro como una charla de planificación electoral donde se discutían estrategias y recursos.
Según su relato, en ese círculo cerrado se manejaban fondos y bienes que excedían lo declarado oficialmente, incluyendo una camioneta blindada, aeronaves privadas y dinero en efectivo. “Esa cifra de los 200 mil dólares podría ser solo la punta del iceberg”, comentó una fuente judicial vinculada al expediente.
Avanza Libertad: un experimento fallido
El partido Avanza Libertad, que Espert lideró tras separarse de Javier Milei, hoy enfrenta su hora más crítica. Lo que comenzó como una alianza liberal con proyección nacional terminó desmoronándose en medio de denuncias por financiamiento irregular y vínculos con un empresario acusado de narcotráfico.
Rosales, que evitó hasta ahora pronunciarse públicamente, aparece como un eslabón clave en esta red de relaciones. Su nombre figura no solo como articulador político, sino también como anfitrión de las reuniones donde se habría gestado el entramado financiero que hoy investiga la justicia.
Mientras tanto, Fred Machado, acusado por el Distrito Este de Texas de operar una red de lavado de dinero y tráfico de drogas, espera su inminente traslado a los Estados Unidos. Su testimonio amenaza con involucrar a más figuras políticas y empresariales en lo que ya se perfila como uno de los mayores escándalos de financiamiento político en años recientes.
“En la economía más grande del mundo, tener un avión privado es como tener una bicicleta; acá lo ven como un lujo o un delito”, dijo Machado, intentando justificar sus operaciones. Sin embargo, los fiscales estadounidenses lo señalan como parte de una red de lavado de 350 millones de dólares.
En este contexto, el silencio de Rosales y la caída política de Espert consolidan una narrativa en la que la política, el dinero y el crimen organizado parecen entrelazarse peligrosamente.