
Después de las elecciones del 26 de octubre, el Gobierno del presidente Javier Milei se encamina a una reorganización del Gabinete casi forzada. Es que tres de los funcionarios de primera línea deberán asumir sus compromisos legislativos.
En el caso del vocero presidencial Manuel Adorni, fue electo en mayo pasado como legislador de la Ciudad de Buenos Aires, por lo que deberá dejar un sustituto al frente de la Secretaría de Medios y Comunicación, cargo para el que suena fuerte Javier Lanari.
Por otro lado, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich va como primera candidata a senadora nacional por la Ciudad de Buenos Aires. Siendo que la lista de La Libertad Avanza quede en primer lugar (como auguran las encuestas) o en segundo lugar, su banca en la Cámara alta está asegurada.
Su reemplazante sería en este caso la secretaria de Seguridad Alejandra Monteoliva, una funcionaria que viene creciendo sostenidamente dúrate la última década en la política argentina, primero en Córdoba y luego a nivel nacional, tanto durante el mandato del ex presidente Mauricio Macri como el del actual Javier Milei teniendo certeras chances de quedar al frente del ministerio nacional.
Por otro lado se encuentra Luis Petri, quien encabeza la lista de diputados nacionales por Mendoza en la alianza que firmaron el oficialismo provincial con La Libertad Avanza. Su ingreso a la Cámara Baja también está asegurado.
Es un caso bastante complejo el del actual ministro de Defensa, ya que no hay un sucesor claro. No tiene un respaldo transparente para continuar con el cargo en dicha cartera por lo que el gobierno baraja nombres en una interminable lista de posibles candidatos.
También suena, por caso, la caída en desgracia del ministro de Justicia Mariano Cuneo Libarona y es que en las sombras, quien maneja la cartera es su segundo, Sebastián Amerio, que aparece como posible sucesor.
La necesidad de airear
Durante el primer año del mandato del presidente Javier Milei hubo muchos cambios incluso en áreas de primer nivel, como en Cancillería, donde ejercía Diana Mondino o en la mismísima Jefatura de Gabinete, que había estado en un principio a cargo de Nicolás Posse.
Ello, sumado a una serie de desafecciones oficialistas como el caso del legislador porteño Ramiro Marra y la vicepresidenta Victoria Villarruel, generó mucho ruido en el Gobierno, tanto interna como externamente.
Hubo que aplicar entonces un torniquete que no evitó, de todas formas, que haya un éxodo de legisladores oficialistas, que de a poco se fueron despegando del Gobierno y terminaron conformando un propio bloque en la Cámara de Diputados bajo el nombre de Coherencia.
Sin embargo, luego de las elecciones de medio término, donde ineludiblemente se deberán reemplazar funcionarios electos para ocupar cargos legislativos, el momento no podría ser más propicio para oxigenar el Gabinete.
Hay nombres que suenan en la danza de cambios sin que necesariamente sean candidatos. El de Cuneo Libarona es solo uno. Hay otros en juego, como el del actual jefe de Gabinete Guillermo Francos.
Su salida, sin embargo, no sería una muestra de cambio de aire, sino, tal como reveló la última semana el periodista Carlos Pagni, correspondería a un pedido directo de Estados Unidos que quiere en ese puesto a Santiago Caputo.
No por ello no brindaría una suerte de “purificación” en el Gabinete además de un sinceramiento de su trabajo en el Gobierno, teniendo en cuenta que en los hechos, el asesor monotributista maneja áreas claves e incluso ministerios.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today