
A lo largo de estos meses, los mendocinos demostramos que la esperanza vence al cansancio y que el compromiso ciudadano sigue siendo el motor de los grandes cambios. En cada rincón de la provincia -desde el corazón de las ciudades hasta los distritos más alejados- miles de mendocinos se unieron en torno a una convicción común: la de construir una Argentina distinta, libre, próspera y justa.
Hace muy poco tiempo, La Libertad Avanza comenzó a dar sus primeros pasos como partido político en Mendoza. Nació de la convicción de muchos mendocinos que creían necesario construir una alternativa distinta, fundada en los valores del trabajo, del mérito, la honestidad y la responsabilidad individual. En un escenario político muchas veces dominado por estructuras consolidadas, logramos construir una fuerza con identidad propia, arraigo provincial y una profunda vocación de servicio.
Hoy, ese esfuerzo tiene un resultado tangible. En apenas un año de vida institucional, La Libertad Avanza Mendoza alcanzó 12 legisladores provinciales, 11 concejales y 3 diputados nacionales. No se trata sólo de números: son voces, son presencias, son espacios ganados para defender las ideas de la libertad en todos los niveles del Estado.
Cada banca obtenida representa la confianza de miles de mendocinos que eligieron el camino de la verdad frente a la demagogia, del esfuerzo frente al privilegio, y de la libertad frente al sometimiento.
Mendoza tiene una historia que ilumina este presente. Aquí, el General José de San Martín forjó el espíritu del Ejército de los Andes y encendió la llama de la libertad americana. Ese fuego sigue vivo en nuestra tierra, transformado hoy en una nueva gesta: la de liberar la política del miedo, del conformismo y del oportunismo.
Libertad e inspiración violeta
Inspirados en la convicción sanmartiniana que impulsó una epopeya continental, hoy asumimos el desafío de poner nuevamente a Mendoza en el camino del progreso y la libertad. Ese legado de libertad sigue vivo hoy, y encuentra su expresión en un símbolo que nos identifica: el violeta. No es un color más, es un símbolo.
Es el color que une la firmeza con la serenidad, la fuerza de las convicciones con la claridad de las ideas. Es el color de una nueva generación política que no busca dividir, sino inspirar. Que no viene a ocupar espacios, sino a transformarlos.
Hoy, Mendoza se tiñe de violeta porque se tiñe de esperanza, de trabajo, de libertad y de futuro. El camino que tenemos por delante es desafiante, pero profundamente esperanzador. Nos toca consolidar lo logrado, seguir creciendo con humildad y fortalecer nuestra presencia institucional en toda la provincia.
El cambio verdadero no se mide sólo en elecciones, sino en la transformación cultural que ya está en marcha: la de un pueblo que se animó a decir basta y a elegir un rumbo distinto.
Mi agradecimiento es para todos los mendocinos que acompañaron este proceso, para quienes confiaron en este proyecto nuevo, y también para quienes, desde la diferencia, enriquecen el debate y fortalecen la democracia.
Mendoza tiene historia, tiene presente y, sobre todo, tiene futuro. Y ese futuro -como lo soñó San Martín- se escribe con esfuerzo, con trabajo y con libertad, y sin dudas se pinta de un solo color: el violeta.
Este artículo se publicó primero en Mendoza Today.
Fuente Mendoza Today
                                
                                
			
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