Compra de aviones turcos desata ofensiva del PP por la transparencia en Defensa
Madrid, 16 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA- El contrato del Gobierno español para adquirir 45 aviones de entrenamiento basados en el Hürjet turco, por un valor de 3.120 millones de euros, abrió un frente político de alta intensidad en el Congreso y el Senado. El Partido Popular (PP) acusa al Ministerio de Defensa de haber concedido “a dedo” un programa estratégico a Turquía, sin concurso público y al calor de la relación entre el presidente Pedro Sánchez y su homólogo Recep Tayyip Erdogan, mientras el Ejecutivo defiende la legalidad y necesidad de la operación para modernizar con urgencia la flota de entrenamiento del Ejército del Aire y del Espacio.
El programa, autorizado por el Consejo de Ministros a fines de octubre, forma parte del nuevo “Sistema de Enseñanza en Vuelo Avanzado”, que sustituirá a los veteranos F-5 y T-38 empleados desde hace décadas para la formación de pilotos de caza. El contrato, con vigencia hasta 2035 y sin posibilidad de prórroga, prevé la compra de 45 aeronaves de entrenamiento avanzadas basadas en el Hürjet, fabricadas por Turkish Aerospace Industries (TAI) en cooperación con Airbus, que se encargará de la adaptación a los estándares españoles y de parte del trabajo industrial en territorio nacional.
La noticia fue adelantada por ABC, que reveló que la adjudicación se habría cerrado sin un procedimiento competitivo abierto a otros proveedores europeos o a la propia industria aeronáutica española. El PP tomó ese hilo y, tras registrar una batería de preguntas en el Congreso y pedir la comparecencia de la ministra de Defensa, Margarita Robles, trasladó ahora la ofensiva al Senado. Los populares reclaman que el Gobierno explique por qué se optó por un modelo aún en fase de desarrollo, con solo dos prototipos volando, y por qué no se dio publicidad a los criterios técnicos, industriales y estratégicos que sostienen una decisión de más de 3.000 millones de euros.
En la Cámara Alta, el grupo que lidera Alberto Núñez Feijóo, a través del senador José Antonio Monago, exige a La Moncloa que confirme si se ha respetado la normativa de contrataciones de Defensa que exige concurrencia y transparencia, dentro de los márgenes de confidencialidad propios de los programas militares. También cuestiona que la concreción del acuerdo se produjera después de la última reunión bilateral entre Sánchez y Erdogan, celebrada en junio, lo que alimenta las sospechas de un “premio político” a Ankara en forma de contrato multimillonario, y denuncia que el Parlamento haya sido marginado tanto en esta operación como en el paquete adicional de gasto militar anunciado para alcanzar el 2% del PIB comprometido con la OTAN.
Desde el Gobierno, Defensa subraya que la autorización del programa figura en los acuerdos del Consejo de Ministros y que se enmarca en los Programas Especiales de Modernización de las Fuerzas Armadas, financiados mediante créditos blandos por más de 14.000 millones de euros. El departamento de Robles sostiene que la elección del Hürjet responde a la urgencia de reemplazar plataformas obsoletas, a la compatibilidad del nuevo entrenador con la transición hacia sistemas de combate de última generación y a la oportunidad de asegurar carga de trabajo para Airbus, Indra y otras compañías españolas mediante la integración, mantenimiento y desarrollo de simuladores y sistemas asociados.
Desde el punto de vista técnico, el Hürjet es un reactor biplaza de entrenamiento avanzado y ataque ligero, desarrollado por TAI como reemplazo del T-38 turco. Se trata de un avión supersónico, con motor único F404, aviónica moderna, cabina digital y capacidad para asumir tanto misiones de adiestramiento como de apoyo táctico. Sin embargo, el programa aún no ha entrado en servicio operativo: cuenta con prototipos en fase de pruebas y una entrada en servicio prevista a partir de 2026, lo que alimenta las críticas del PP sobre el riesgo de comprometer miles de millones en una plataforma que todavía no ha consolidado su madurez, más aún en manos de un socio como Turquía, inmerso en controversias políticas y de derechos humanos en el seno de la OTAN.
En paralelo, la oposición y parte del sector industrial cuestionan el impacto de esta apuesta sobre las capacidades propias de la industria española y europea. Los populares hablan de “pérdida de oportunidades” para empresas nacionales, que podrían haber competido por un sistema de entrenamiento integral o por una solución basada en plataformas europeas ya certificadas. El Ejecutivo replica que la coproducción con TAI y la participación de Airbus permitirán mantener e incluso reforzar tejido industrial, dentro de un contexto de rearme acelerado en el que España ha elevado su presupuesto de defensa hasta el 2% del PIB y ha repartido la mayor parte de los grandes programas entre corporaciones nacionales como Indra, Navantia y la propia Airbus.
Mientras avanza el calendario de preguntas en Congreso y Senado, el contrato de los Hürjet se perfila como uno de los símbolos de la nueva etapa de gasto militar español: una combinación de urgencia estratégica, alianzas geopolíticas y presión de socios de la OTAN, frente a las demandas de control parlamentario, transparencia en la adjudicación y protección de la industria de defensa propia. El Ejecutivo confía en que las explicaciones formales desactiven la ofensiva política, pero el debate sobre a quién se premia con los grandes contratos de rearme y bajo qué condiciones está lejos de cerrarse.

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