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Pekín, 17 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA-
La última jornada de la visita de Estado del Rey Felipe a China, la primera de un monarca español en casi dos décadas y también la primera de su propio reinado, se centró en respaldar la creciente presencia empresarial española en el gigante asiático y en reforzar la colaboración con compañías locales en sectores estratégicos como la automoción y las nuevas tecnologías. El viaje, que adquirió un fuerte contenido económico e industrial, dejó en evidencia la importancia que España asigna a su relación con la segunda potencia mundial en un contexto global marcado por tensiones comerciales, reconfiguración de cadenas productivas y disputa por el liderazgo en la movilidad eléctrica.
Durante la mañana, el Rey visitó las instalaciones de Gestamp en el sureste de Pekín. La compañía, segundo mayor fabricante europeo de componentes metálicos para automoción, opera en China desde 2007 y hoy mantiene una creciente vinculación con fabricantes locales de vehículos eléctricos, un segmento en el que el país asiático ya domina a escala global. El propio presidente ejecutivo de la firma, Francisco J. Riberas, remarcó ante Felipe VI que “China es hoy el centro del automóvil a nivel global”, apoyándose en datos que muestran cómo pasó del 3% de la producción mundial en 2000 al 33% actual, cifra que asciende al 67% cuando se trata exclusivamente de vehículos eléctricos.
El recorrido del monarca por la planta incluyó la observación de un modelo eléctrico autónomo desarrollado por la marca BAIC, un vehículo que despertó el interés del Rey, quien incluso se sentó al volante para conocer las características del prototipo. La escena simbolizó la apuesta española por integrarse en el ecosistema chino de electromovilidad, cuyo desarrollo acelerado representa tanto una oportunidad como un desafío para la industria europea.
Ese desafío quedó evidenciado por la polémica abierta en la Unión Europea en torno a los subsidios estatales chinos destinados a abaratar artificialmente los precios de los vehículos eléctricos. La Comisión Europea, bajo el liderazgo de Ursula von der Leyen, inició una investigación por competencia desleal que derivó en la imposición de aranceles, medida a la que Pekín respondió con represalias comerciales, entre ellas la apertura de una causa contra el porcino europeo, sector en el que España ocupa un rol exportador decisivo. Las tensiones afectaron la cohesión interna de la UE, y tras la visita del presidente Pedro Sánchez a China en 2024, España pasó de apoyar los aranceles a abstenerse, abriéndose a un diálogo más pragmático con las autoridades chinas.
En este contexto, el ministro de Economía, Carlos Cuerpo, mantiene expectativas de que el conflicto pueda resolverse mediante un acuerdo de precios mínimos, lo que aceleraría la implantación de nuevas fábricas de vehículos eléctricos en territorio europeo. Una de ellas podría ser la tercera planta de BYD fuera de China, proyecto para el que España figura entre los candidatos más fuertes. Las conversaciones, descritas como “muy positivas” por fuentes de la delegación, estarían avanzando en un marco de cooperación cada vez más fluido entre ambos gobiernos.
La potencial llegada de BYD seguiría el camino ya marcado por CATL, líder mundial en baterías de ion de litio, que junto con Stellantis iniciará en breve la construcción de una planta industrial en Aragón. Para CATL, factores como la disponibilidad de talento, la estabilidad política, la eficiencia administrativa y el compromiso español con las energías renovables fueron decisivos en su elección.
Antes de visitar Gestamp, Felipe VI clausuró el Consejo Asesor Empresarial España-China, donde subrayó la importancia de la previsibilidad, la estabilidad y la sostenibilidad como ejes rectores de la relación bilateral. Concluida la visita, el balance de la delegación española apunta a un claro fortalecimiento de los vínculos económicos y a una mayor comprensión mutua entre ambos países en un momento clave para la redefinición del mapa industrial global.
