Buenos Aires, 18 noviembre 2025-Total News Agency-TNA-.Menos de tres semanas después de las elecciones legislativas que consolidaron el avance libertario en el Congreso, la Casa Rosada ha experimentado una profunda reconfiguración interna que posiciona a la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, como la figura central de un nuevo mapa de poder. Fuentes del entorno presidencial describen su influencia como “radial”, un modelo de irradiación que se extiende a través de un círculo de confianza formado por el jefe de Gabinete, Manuel Adorni, y los primos Martín y Eduardo “Lule” Menem, relegando al asesor Santiago Caputo a un rol más acotado en la estrategia comunicacional.
Esta dinámica, que se instaló con rapidez tras el triunfo del 26 de octubre, se evidencia en la hiperactividad de dos despachos clave: el de Adorni en la planta baja y el de “Lule” Menem en el primer piso. Ambos espacios se han convertido en epicentros de la agenda parlamentaria, enfocada en las sesiones extraordinarias de diciembre y febrero, donde el Gobierno busca aprobar el Presupuesto 2026 y avanzar en las reformas de “segunda generación”, como la laboral e impositiva. “Karina confía en los suyos y les da margen para gestionar”, coinciden fuentes cercanas, destacando cómo su respaldo ha permitido a estos actores tejer alianzas con gobernadores y bloques opositores.
El lunes 10 de noviembre, por ejemplo, Adorni y el flamante ministro del Interior, Diego Santilli –quien asumió el cargo el 3 de noviembre–, recibieron una segunda tanda de mandatarios provinciales en el Patio de las Palmeras. En paralelo, los Menem se reunieron con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para alinear la estrategia legislativa. Estos encuentros forman parte de una ofensiva federal que, en apenas diez días, ha involucrado a más de una docena de gobernadores, incluyendo a Ignacio Torres (Chubut), Raúl Jalil (Catamarca), Marcelo Orrego (San Juan), Martín Llaryora (Córdoba), Gustavo Sáenz (Salta), Rogelio Frigerio (Entre Ríos) y Alfredo Cornejo (Mendoza). El 17 de noviembre se sumaron Leandro Zdero (Chaco) y Alberto Weretilneck (Río Negro), con quien Santilli acordó apoyo al Presupuesto a cambio de obras públicas en Vaca Muerta y el río Negro.
Zdero, del radicalismo, expresó respaldo explícito al proyecto fiscal y la reforma laboral, mientras Weretilneck planteó demandas en infraestructura vial y energética. “Estamos transformando contactos preliminares en acuerdos concretos para debilitar el peso del PJ en el Congreso”, admiten en el Gobierno, donde ven en esta ronda un mecanismo para garantizar quórum en comisiones clave. Santilli, apodado “el Colorado”, ha acelerado su agenda visitando provincias y recibiendo delegaciones, un ritmo que contrasta con la gestión previa de Guillermo Francos en la Jefatura y Lisandro Catalán en Interior, criticados en privado por su menor proactividad.
El ascenso de Adorni, vocero presidencial y ahora jefe de Gabinete, simboliza la victoria de la visión de Karina Milei sobre las tensiones internas con el sector “celestial” alineado a Caputo. El asesor, quien hasta hace poco centralizaba negociaciones con gobernadores desde el Salón Martín Fierro, ha visto su influencia mermar. Su despacho, ahora más enfocado en comunicación, recibió el 17 de noviembre a Jalil para temas mineros con la secretaria Legal y Técnica, María Ibarzábal Murphy –aliada de Caputo y elogiada por Javier Milei como un “cerebro” del Ejecutivo–. Sin embargo, las decisiones políticas mayores se concentran en la mesa chica del presidente, integrada por Adorni, Bullrich, los Menem, Karina y Santilli, donde Caputo retiene un asiento pero sin el protagonismo previo.
Esta reestructuración responde al contexto postelectoral: La Libertad Avanza sumó 40 diputados y 7 senadores, pero necesita consensos para sus reformas. Karina Milei, jefa de campaña y artífice de la estrategia que evitó derrotas en provincias clave, reunió el 4 de noviembre a los legisladores electos para detallar objetivos ejecutivos. Su rol, que incluye la coordinación con el bloque libertario, ha sido clave para absorber al PRO, como evidenció la migración de legisladores bullrichistas al espacio de Milei. “Lejos de los cascoteos virtuales previos, ahora prima la lealtad y la eficiencia”, señalan en el entorno, donde Bullrich demuestra alineamiento al respaldar esta transición.
La “forma radial” de Karina –irradiando influencia sin un centro jerárquico rígido– contrasta con el estilo más vertical de etapas anteriores. Javier Milei, quien encabezó la primera reunión de Gabinete ampliada el 3 de noviembre, pidió avanzar en el Presupuesto y reformas, pero delegó la ejecución en su hermana. Críticas de la oposición, como las de Cristina Fernández de Kirchner, denuncian un “gobierno en las sombras”, pero en la Casa Rosada lo ven como una fortaleza para navegar la segunda etapa de la gestión, marcada por desafíos económicos como la inflación persistente y la renegociación de la deuda.
Esta nueva etapa, que arranca con el sprint legislativo, podría definir el legado de Milei. Mientras Caputo se enfoca en la batalla cultural –con rumores de su aspiración a vice en 2027–, el eje Karina-Adorni-Santilli-Menem prioriza el diálogo federal. El Gobierno acelera, consciente de que el apoyo provincial es el talón de Aquiles para blindar su agenda en un Congreso fragmentado.

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