Por Daniel Romero
Buenos Aires, 21 de noviembre de 2025 – Total News Agency-TNA—La estrecha alianza entre Cuba y Venezuela emerge como un eje determinante del presente político latinoamericano: mientras el régimen de Nicolás Maduro aparece cada vez más presionado por un eventual ataque de Estados Unidos, La Habana figura como su primer y quizás único sostén. El colapso de Venezuela implicaría un profundo riesgo para la supervivencia del modelo cubano y plantea interrogantes sobre quién acudiría al rescate del bloque chavista en caso de intervención externa.
Desde hace décadas, Venezuela ha enviado petróleo subsidiado, crédito y divisas a Cuba, mientras Cuba ha proporcionado médicos, técnicos, asesores de inteligencia (eufemismo para interrogadores y torturadores de opositores) y militares a Venezuela, cimentando una relación asimétrica en la que la isla caribeña, sumida en una severa crisis económica, depende de los recursos venezolanos. Según un informe de Reuters, los suministros de crudo y combustible de Venezuela a Cuba cayeron un 15 % en los primeros diez meses de 2025, acelerando la crisis energética de la isla.
El posible derrumbe del régimen de Maduro tendría consecuencias directas para Cuba: la pérdida del subsidio petrolero, la interrupción del intercambio de inteligencia y asesoría militar, y el colapso del paradigma de “revolución exportada” que sustenta su régimen. Investigaciones señalan que las fuerzas armadas venezolanas fueron entrenadas por oficiales cubanos y que los servicios de seguridad del chavismo están profundamente penetrados por agentes de La Habana.
En un contexto de creciente presión militar estadounidense en el Caribe —incluido el despliegue de portaaviones y ejercicios navales en la región— Caracas ha buscado apoyo explícito. Documentos revelan que Maduro envió cartas a Rusia, China e Irán solicitando radares, drones y ayuda militar para hacer frente a un posible ataque. (Además, Maduro advirtió en 2025 que se “preparaba junto con Cuba y Nicaragua para tomar las armas” en caso de intervención extranjera.
¿Quién podría salir al rescate en caso de ocupación externa contra Venezuela? Más allá de Cuba, los analistas señalan que Rusia y China representan apoyos diplomáticos e industriales; Irán podría jugar un papel simbólico. Un estudio del Center for Strategic & International Studies los denomina los “cinco fabulosos”: Rusia, China, Cuba, Irán y Turquía. Sin embargo, la implicación militar real de estos países es limitada. Rusia enfrenta sus compromisos en Ucrania; China se orienta hacia Asia-Pacífico. La verdadera línea de socorro inmediata sigue siendo Cuba, cuya supervivencia está atada a la continuidad del régimen chavista.
En Latinoamérica, el escenario también es complejo: países como Nicaragua, Bolivia (hoy con nuevo gobierno de derecha ya no apoya) han expresado solidaridad con Caracas, pero no poseen fuerzas militares para intervenir. Un comunicado del Movimiento de Países No Alineados alertó sobre que toda acción armada en Venezuela podría desencadenar una “derrame” regional.
La caída de Maduro implicaría, para Cuba, el agotamiento del apoyo político, económico y estratégico que recibe desde Caracas. Algunos analistas advierten que Cuba, al perder este vínculo, se enfrentaría a una crisis aún mayor que la actual. Por otro lado, para Venezuela, depender de una isla en desescalada económica no provee un respaldo militar suficiente ante un posible ataque de Estados Unidos.
En conclusión, la alianza entre Cuba y Venezuela se encuentra hoy en la intersección de dos crisis: la de un régimen chavista debilitado y la de una Cuba dependiente que teme por su propia supervivencia. El colapso de Maduro no solo transformaría a Venezuela, sino que podría disparar un efecto dominó que afecte a Cuba y al entramado de alianzas trans-atlánticas del siglo XXI.

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