BUENOS AIRES, 9 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA- El Gobierno nacional anunció una nueva reducción en los derechos de exportación aplicados a las principales cadenas de granos, en una decisión que consolida la orientación económica del presidente Javier Milei y que busca aliviar la carga fiscal del sector agroindustrial. El ministro de Economía, Luis Caputo, formalizó la medida al detallar una baja permanente en las alícuotas que alcanza a soja, trigo, maíz, cebada, girasol y sorgo, en un movimiento que generó respaldo inmediato entre entidades del campo y cámaras exportadoras.
Según explicó el titular del Palacio de Hacienda, la retención aplicada a la soja disminuirá del 26% al 24%, mientras que los subproductos del complejo sojero pasarán de tributar 24,5% a 22,5%. En el caso del trigo y la cebada, la alícuota baja de 9,5% a 7,5%, y para el maíz y el sorgo se reducirá del 9,5% al 8,5%. El girasol, por su parte, quedará alcanzado por una tasa del 4,5%, cuando hasta hoy tributaba 5,5%. Caputo subrayó que se trata de un cambio “permanente” y coherente con el objetivo oficial de avanzar hacia una eliminación total de las retenciones cuando el equilibrio macroeconómico lo permita.
El ministro enfatizó que la agroindustria constituye “uno de los motores más potentes de la economía argentina”, responsable de alrededor del 60% de las exportaciones nacionales. En este sentido, sostuvo que la baja impositiva “busca mejorar la competitividad del sector, incentivar la producción y fortalecer el ingreso de divisas”, factores críticos para la recuperación económica. Caputo también reiteró que “menos impuestos significan más inversión, más empleo y más exportaciones”, mensaje que enmarcó en la estrategia general del Gobierno de reducir la presión fiscal sobre la actividad productiva.
La medida generó una reacción favorable entre entidades vinculadas al campo. La Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC) calificaron la decisión como “un paso muy positivo” y destacaron la necesidad de continuar con una baja gradual de la carga tributaria. Desde la Sociedad Rural Argentina, su vicepresidente Marcos Pereda Born consideró que la reducción constituye “un paso importante para devolverle al campo su potencia”, señalando que menores impuestos “se traducen en más inversión, empleo y exportaciones”. En la misma línea, el Consejo Agroindustrial Argentino celebró la “señal de alivio fiscal” y remarcó la importancia de sostener políticas que impulsen la competitividad global del sector.
El anuncio llega en un contexto de alta expectativa dentro de la cadena agroexportadora, que en las últimas semanas había intensificado los pedidos de previsibilidad normativa y disminución de retenciones. Si bien Caputo evitó detallar cuáles serán los siguientes pasos administrativos, dejó en claro que la hoja de ruta del Gobierno mantiene como prioridad la reducción de impuestos distorsivos, en especial aquellos vinculados a la producción primaria y a las exportaciones. La decisión también busca dar respuesta a los reclamos planteados por diversas entidades en reuniones recientes con funcionarios nacionales, quienes habían advertido sobre la necesidad de mayor certidumbre para las inversiones del ciclo agrícola 2025/26.
En los despachos oficiales se interpreta que la baja de retenciones podría contribuir a dinamizar la producción en un contexto de “mejoras graduales” en variables clave como el tipo de cambio exportador y la disponibilidad de insumos. A su vez, la medida apunta a reforzar la llegada de divisas en un año en el que el Gobierno considera indispensable sostener el superávit comercial como pilar de su programa económico. En paralelo, se espera que la reducción tributaria otorgue mayor margen de planificación financiera a productores y exportadores, especialmente en un ciclo marcado por ajustes de precios internacionales y la recuperación climática tras años de sequía.
Caputo insistió en su mensaje en que el campo “seguirá creciendo, generando empleo y fortaleciendo la presencia argentina en los mercados del mundo”. Con esa premisa, el Gobierno apuesta a que un alivio impositivo sostenido se transforme en más decisiones de inversión, un mayor volumen exportable y una mejora general del flujo de divisas. Mientras tanto, el debate sobre la viabilidad de eliminar totalmente las retenciones seguirá condicionado por la evolución fiscal y la consolidación de la estabilidad macroeconómica, dos puntos sobre los cuales el ministro evitó compromisos concretos, aunque mantuvo la promesa de avanzar “tan rápido como sea posible”.

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