Buenos Aires, 16 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA- La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) respondió con un extenso y contundente comunicado a la denuncia presentada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ante el Tribunal de Ética de la Conmebol y defendió de manera cerrada la gestión de Claudio “Chiqui” Tapia al frente de la entidad. El pronunciamiento marcó una nueva escalada en la tensión entre el Gobierno nacional y la conducción del fútbol argentino, en un conflicto que ya suma antecedentes con administraciones anteriores.
En el texto difundido en su sitio oficial, la AFA sostuvo que la actual conducción recibió en 2017 “una institución acéfala, desfinanciada y desprestigiada”, con deudas acumuladas, compromisos incumplidos con los clubes y una fuerte dependencia de recursos estatales. Según la entidad, el colapso institucional posterior a la muerte de Julio Grondona y el recordado episodio del “38 a 38” en las elecciones de 2015 dejaron al organismo al borde de sanciones internacionales, obligando a la intervención de la FIFA a través de una Comisión Normalizadora en 2016.
Desde esa base, la conducción encabezada por Tapia afirmó haber iniciado un proceso de ordenamiento económico y recuperación institucional que permitió revertir el escenario crítico. En uno de los pasajes más enfáticos del comunicado, la AFA aseguró que hoy se trata de un organismo superavitario y que no recibe “un solo peso del Estado”, subrayando que se regularizaron deudas salariales heredadas y se consolidó una estructura administrativa que actualmente emplea a unas 1.300 personas, con una masa salarial mensual cercana a los 4.000 millones de pesos.
La entidad también destacó el desarrollo integral de las selecciones nacionales y de los predios deportivos. En ese sentido, señaló que en el predio “Lionel Andrés Messi” entrenan 24 seleccionados masculinos y femeninos de distintas disciplinas, con alrededor de 1.000 personas circulando diariamente por las instalaciones y unos 400 atletas que utilizan los comedores. Además, remarcó el impulso al fútbol femenino, con la profesionalización de la Primera División y la construcción de un nuevo predio específico para selecciones femeninas.
En el plano político, la AFA denunció haber sido blanco de presiones y ataques durante los últimos tres gobiernos nacionales. Recordó las amenazas de intervención y denuncias judiciales durante la presidencia de Mauricio Macri, los intentos de injerencia en la vida interna de la entidad durante el gobierno de Alberto Fernández y, en la actualidad, lo que calificó como un “ataque coordinado” desde la administración de Javier Milei, mencionando al ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, a la diputada Juliana Santillán y a la senadora Patricia Bullrich.
El comunicado apuntó especialmente contra los intentos del Poder Ejecutivo de avanzar sobre la AFA a través de la Inspección General de Justicia para frenar la Asamblea y cuestionar el proceso electoral interno. Según la entidad, al no prosperar esas acciones, reaparecieron las amenazas de intervención. También rechazó de manera explícita la promoción de las Sociedades Anónimas Deportivas, al sostener que los clubes deben conservar la libertad de elegir el modelo de asociaciones civiles sin fines de lucro.
Otro eje central del pronunciamiento fue la defensa judicial de Tapia y del tesorero de la AFA. La entidad afirmó que ambos fueron investigados y sobreseídos en todas las causas en su contra, a las que calificó como parte de una persecución política. En ese marco, cuestionó la reciente denuncia de Bullrich ante la Conmebol, que solicita una investigación preliminar por presuntas irregularidades en la conducción del fútbol argentino, en un contexto donde existen causas judiciales abiertas por presunto lavado de activos y evasión fiscal.
La AFA sostuvo que, desde 2017, la conducción eligió “privilegiar el fútbol por sobre las cuestiones político partidarias” y rechazó la utilización de los logros deportivos de la Selección con fines electorales. En un mensaje final cargado de ironía y confrontación, el comunicado señaló que mientras algunos “critican desde afuera”, la dirigencia continúa trabajando para el crecimiento del fútbol argentino, y vinculó el avance del conflicto con el contexto social y económico del país, mencionando la pérdida de puestos de trabajo y el cierre de empresas.
El duro posicionamiento de la AFA deja expuesta una disputa que excede lo deportivo y se inscribe en una pelea de poder entre el Gobierno y una de las instituciones más influyentes del país. Con la denuncia de Bullrich ya en manos de la Conmebol y causas judiciales aún en curso, el enfrentamiento promete nuevos capítulos, con impacto tanto en la política como en el fútbol argentino.

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