Brasilia, 20 de diciembre de 2025-Total News Agency-TNA-La Cumbre del Mercosur dejó expuestas profundas diferencias políticas entre sus principales líderes en torno a la crisis venezolana, con posturas abiertamente enfrentadas sobre el rol de Estados Unidos y la eventualidad de una acción militar contra el régimen de Nicolás Maduro.
El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, advirtió que una intervención armada en Venezuela sería una “catástrofe humanitaria” y sentaría un precedente extremadamente peligroso para toda Sudamérica. En su discurso como anfitrión del encuentro, el mandatario brasileño alertó además sobre el impacto regional del creciente despliegue militar de una potencia extrarregional en el continente.
“Cuatro décadas después de la Guerra de las Malvinas, el continente vuelve a ser amenazado por la presencia militar de una potencia”, afirmó Lula, en una referencia directa al cerco aeronaval que Estados Unidos mantiene frente a las costas venezolanas. El líder brasileño sostuvo que, lejos de resolver la crisis, una acción militar agravaría el sufrimiento de la población y desestabilizaría a toda la región.
Lula, que en los últimos meses intentó posicionarse como mediador, aseguró haber mantenido contactos tanto con el presidente estadounidense Donald Trump como con el mandatario venezolano Nicolás Maduro. En ese marco, insistió en que los principales desafíos a la soberanía regional no provienen de disputas geopolíticas, sino de fenómenos como las guerras, el avance de fuerzas antidemocráticas y el crimen organizado transnacional.
La postura brasileña contrastó de manera frontal con la del presidente argentino, Javier Milei, quien reclamó al bloque un alineamiento explícito con la estrategia de presión impulsada por Washington. Milei instó a los países del Mercosur a respaldar el accionar estadounidense y a condenar sin matices al gobierno de Maduro, al que calificó como un “experimento autoritario”.
“La Argentina saluda la presión de los Estados Unidos y de Donald Trump para liberar al pueblo venezolano. El tiempo de los acercamientos tímidos se ha agotado”, expresó Milei durante su intervención, según un comunicado oficial de la Presidencia. El mandatario argentino pidió además que los socios del bloque acompañen esa posición y adopten una condena explícita contra Caracas.
El choque de visiones quedó reflejado también en el plano institucional. Brasil se negó a avalar una resolución ministerial impulsada por Argentina y Paraguay que buscaba condenar las violaciones a los derechos humanos y las amenazas a la democracia en Venezuela. Esa negativa impidió un pronunciamiento conjunto del Mercosur y evidenció la falta de consenso interno sobre cómo abordar la crisis venezolana.
Milei reiteró así su respaldo al amplio despliegue naval estadounidense iniciado en septiembre en el Caribe, una postura que profundiza el distanciamiento con Brasil y reconfigura las tensiones dentro del bloque regional. Para analistas diplomáticos, el contrapunto entre Buenos Aires y Brasilia marca un punto de inflexión en el Mercosur, donde la cuestión venezolana volvió a dividir aguas y a exponer proyectos regionales claramente opuestos sobre seguridad, soberanía y alineamientos internacionales.

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