3 dic (Reuters) – El presidente Ebrahim Raisi calificó
el sábado a la República Islámica de Irán como garante de los
derechos y las libertades, defendiendo el sistema gobernante en
medio de la represión de las protestas antigubernamentales que,
según Naciones Unidas, ha costado más de 300 vidas.
Mientras tanto, un alto organismo de seguridad del Estado
afirmó que 200 personas, incluidos miembros de las fuerzas de
seguridad, habían muerto en los disturbios, una cifra
significativamente inferior a la dada por el organismo mundial y
los grupos de derechos.
Las protestas, que se encuentran en su tercer mes, se
desencadenaron por la muerte de la joven kurda Mahsa Amini, de
22 años, bajo la custodia de la policía de la moralidad que
hacía cumplir las estrictas normas sobre el hiyab obligatorio.
Las manifestaciones se han convertido en una revuelta
popular de iraníes furiosos de todas las capas de la sociedad,
planteando uno de los desafíos más audaces a los dirigentes
clericales desde la revolución de 1979.
Sin inmutarse por la brutal represión, los manifestantes han
lanzado consignas contra el líder supremo, el ayatolá Alí
Jamenei, y han exigido repetidamente el fin del gobierno
islámico.
Las autoridades culpan de la revuelta a enemigos
extranjeros, como Estados Unidos, Arabia Saudita e Israel.
“Irán tiene la constitución más progresista del mundo”
porque une “los ideales con la democracia”, dijo Raisi en un
discurso ante los parlamentarios, citando a un abogado africano
no identificado que dijo haber conocido hace varios años.
“La Constitución garantiza la (existencia) del sistema
islámico”, dijo, y añadió que también “garantiza los derechos
fundamentales y las libertades legítimas”.
La agencia de noticias Mizan citó al Consejo de Seguridad
del Estado del Ministerio del Interior diciendo que 200 personas
murieron en los recientes “disturbios”.
Amirali Hajizadeh, un alto mando de la Guardia
Revolucionaria, declaró el lunes que 300 personas, incluidos
miembros de las fuerzas de seguridad, habían muerto en los
recientes disturbios.
Javaid Rehman, experto independiente sobre Irán nombrado por
la ONU, declaró el martes que más de 300 personas habían muerto
en las protestas, entre ellas más de 40 niños.
El grupo de derechos humanos HRANA afirmó que hasta el
viernes habían muerto 469 manifestantes, entre ellos 64 menores.
También ha dicho que han muerto 61 miembros de las fuerzas de
seguridad del gobierno. Se cree que se ha detenido a 18.210
manifestantes.
Un destacado clérigo musulmán suní baluch, Molavi
Abdolhamid, ha pedido que se ponga fin a la represión de las
protestas mediante detenciones y asesinatos, y que se celebre un
referéndum para cambiar el sistema de gobierno de Irán.
“La protesta del pueblo ha demostrado que las políticas de
los últimos 43 años han llegado a un callejón sin salida”, dijo
a finales de noviembre.
(Editado en Español por Ricardo Figueroa)
Fuente La Nacion