Aparentemente, los precios ganaderos podrían salir del fondo del mar, donde permanecen desde mayo, y comenzar un burbujeo hacia la superficie. Esa es la opinión de Víctor Tonelli, que analizó el presente y el futuro de la actividad en una reciente reunión de fin de año de la firma consignataria Colombo y Magliano.
“Hoy, en los precios ganaderos influyen negativamente las limitaciones para exportar y la situación de los mercados del hemisferio norte, afectados por la inflación, la guerra y por el Covid. Sin embargo, el factor más bajista es la sequía que provoca una sobreoferta de todo tipo de categorías para aliviar los campos”, definió.
No obstante, el consultor tuvo una mirada optimista para el mediano plazo: “Si el clima se normaliza próximamente la sobreoferta interna se cortará”, adelantó. Y destacó otros factores que podrían ser alcistas para el mercado de exportación: “Europa va a dejar atrás el invierno, que exigió grandes gastos a la población para pagar la energía. Si se recupera el poder adquisitivo en la primavera, podría reaparecer en nuestro país la demanda de novillos pesados”, proyectó Tonelli.
Reconocer el nuevo escenario
En China, la durísima política de Covid cero, que impidió que la población saliera de las viviendas, comenzó a flexibilizarse en diciembre. Si esa conducta continuara, es posible que en febrero aceleren las compras de carne vacuna y, por lo tanto, comiencen a mejorar los valores de las vacas vacías que llegan al mercado luego de los tactos.
Para la hacienda de consumo también puede cambiar la tendencia en los primeros meses de 2023: los feedlots tienen mucha carga animal como refugio ante la sequía, pero con muchas categorías que no son aptas para la faena que demanda el consumo interno.
“Hay pocos novillitos encerrados y esa producción llegará al mercado en las próximas semanas y luego habrá carencia de oferta de hacienda gorda liviana”, pronostica el especialista. Por esa razón, espera que el mercado de esa categoría empiece a reaccionar y por lo menos vaya recuperando el 35 por ciento perdido del precio durante el invierno y la primavera.
Mientras tanto, los productores deberían tomar nota del nuevo escenario, cambiar de ánimo y prepararse, tranqueras adentro, para aprovechar estas oportunidades.
Fuente La Nacion