El volátil mercado de las materias primas ha sufrido uno de los mayores cambios en su historia. En el último año, los vaivenes en los precios han terminado por impulsar una carrera por las salidas de capital que se ha saldado con la retirada de 129.000 millones de dólares hasta mediados de diciembre, según los datos de JPMorgan.
La demanda de todo tipo de materias primas, desde el petróleo hasta los metales para la industria, aumentó a principios de año, cuando el mundo comenzaba a salir de las restricciones pandémicas. Los inversores buscaban llevar su dinero a donde subían los precios, y la inflación en las materias primas ya empezaba a ser una realidad.
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Pero llegó la guerra. La Rusia de Putin invadió Ucrania y el paradigma del comercio de las materias primas volvió a cambiar. Los precios siguieron subiendo, pero con vaivenes demasiado bruscos para los inversores. A más movimientos de precios, mayores retiradas de dinero.
Asimismo, las preocupaciones sobre una posible recesión mundial comenzaron a crecer y a día de hoy algunos analistas barajan escenarios de crisis.
La inflación ha sido combatida por los bancos centrales con agresivas subidas de los tipos de interés, encareciendo el coste de los préstamos, lo que, en última instancia, se traduce en un encarecimiento del comercio. Así, esta reducción de la liquidez está amenazando con interrumpir una cadena de suministros ya estresada, al tiempo que sigue empujando al alza la inflación.
Esta reorganización del comercio de materias primas está afectando profundamente a Europa, donde los elevados precios de la energía han llevado a países como Alemania, Francia y Reino Unido a nacionalizar empresas de suministros básicos que se encontraban en apuros.
Por su parte, en EEUU se ha animado a los reguladores a investigar si la especulación con las materias primas están contribuyendo a esos fuertes vaivenes de los precios.
“El mayor problema tanto para los inversores como para los comerciales ha sido la perspectiva macroeconómica. Con el aumento de los tipos, los rendimientos de las materias primas tienen que aumentar para cubrir el alto coste de involucrarse”, asegura Tracey Allen, analista de JPMorgan. Y es que con la gran volatilidad de precios a la que asistimos, conseguir márgenes de beneficios para los inversores de materias primas es cada vez más complicado.
Los modelos de los bancos de inversión ya no sirven para predecir los movimientos en el mercado de materias primas. Según analistas de Godman Sachs, no son lo suficientemente preciosos por lo excepcional de la situación, lo que acaba desincentivado la inversión.
Un ejemplo quizá muestre la actual volatilidad de los precios de las materias primas. En septiembre, un corredor de bolsa de Nueva York realizó una compra de crudo. Sin embargo, el precio se movió tanto en el transcurso de una sola hora que la diferencia entre el precio de compra y el precio al que finalmente se ejecutó la operación fue de más de 20 centavos por barril, o más de 100.000 dólares por la transacción total.
El volátil mercado de las materias primas ha sufrido uno de los mayores cambios en su historia. En el último año, los vaivenes en los precios han terminado por impulsar una carrera por las salidas de capital que se ha saldado con la retirada de 129.000 millones de dólares hasta mediados de diciembre, según los datos de JPMorgan.
Fuente El Confidencial