Benjamín Netanyahu, que jurará por sexta vez como primer ministro de Israel es las próximas horas, afirmó hoy que contener la amenaza nuclear iraní y sellar la paz con más países árabes de la región, son dos de las prioridades fundamentales de su nuevo gobierno.
«El nuevo gobierno está decidido a restaurar la gobernabilidad, la paz y la seguridad personal de los ciudadanos de Israel», aseveró Netanyahu al inicio de la sesión parlamentaria en la que presentó a los ministros del 37º Ejecutivo de Israel y expuso sus prioridades.
Netanyahu, el primer ministro más longevo de Israel (1996-99, 2009-21), señaló las tres prioridades básicas del gobierno: contener el avance del programa atómico de Irán «para asegurarnos de que no nos destruya con su arma nuclear»; desarrollar las infraestructuras, incluido un «tren bala» que atraviese Israel de norte a sur; y acabar definitivamente con el conflicto árabe-israelí firmando más acuerdos de paz con países árabes.
Durante su último mandato, Israel firmó en 2020 los Acuerdos de Abraham con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Marruecos -el de Sudán aún está pendiente de ratificarse-, y Netanyahu ya ha expresado su voluntad de expandirlos a más países, con Arabia Saudita como principal objetivo.
En las próximas horas, cuando terminen las intervenciones de los líderes de los partidos de la oposición, el pleno de la Knéset (Parlamento israelí) ratificará la formación de la nueva coalición de gobierno -integrada por seis formaciones que suman una mayoría de 64 diputados de un total de 120- y sus miembros jurarán el cargo.
«Escucho los lamentos constantes de la oposición sobre ‘el fin del estado’ o ‘el fin de la democracia’, miembros de la oposición, perder las elecciones no es el fin de la democracia, sino que es la esencia de la democracia», indicó Netanyahu sobre la preocupación que domina entre amplios sectores de la población israelí respecto a las intenciones de este Ejecutivo.
POLÉMICOS ACUERDOS DE COALICIÓN
La sesión en la Knéset tendrá lugar en un clima de profunda molestia entre miembros de la oposición y grupos de la sociedad civil debido a algunas de las cláusulas incluidas en los acuerdos de coalición firmados entre Netanyahu y sus nuevos socios.
Estas incluyen, entre otras cosas, referencias a la anexión de Judea y Samaria (Cisjordania), a una reforma judicial que socavaría la independencia de la Justicia y una serie de medidas que otorgarían más poder a la comunidad judía ultraortodoxa en detrimento de otros grupos religiosos.
Los partidos que lo integran son el Likud de Netanyahu, los ultraortodoxos Shas y Judaísmo Unido por la Torá, y los ultraderechistas Sionismo Religioso, Poder Judío y Noam, que concurrieron juntos a las elecciones y se consolidaron como tercera fuerza más votada.
«Esta es la sexta vez que presento un gobierno bajo mi liderazgo para ganarme la confianza de la Knéset. Estoy tan emocionado como la primera vez», aseveró Netanyahu entre los aplausos de sus socios y los abucheos de la oposición, mientras cientos de personas se manifestaban frente a la Knéset en contra del nuevo Ejecutivo.
El primer ministro saliente y próximo líder de la oposición, Yair Lapid, destacó en su intervención algunos logros de su gobierno, como el restablecimiento de relaciones con Turquía, la relativa estabilidad en la Franja de Gaza, la firma de un acuerdo marítimo fronterizo con el Líbano y la lucha contra el programa nuclear iraní.
Además, enfatizó el progreso en los vínculos de Israel con sus nuevos socios regionales para dotar dar contenido a los Acuerdos de Abraham y adelantó que han preparado el terreno para un acercamiento con Arabia Saudita.
«Les entregamos un Estado en excelentes condiciones (…) Intenten no destruirlo, pronto estaremos de regreso», sentenció Lapid. EFE y Aurora
Fuente Aurora