Nicolás Carrizo, el jefe de los vendedores de copos de algodón de azúcar involucrados en el atentado contra la vicepresidenta, declaró ante la Justicia que Fernando Sabag Montiel, su empleado, intentó matar a Cristina Kirchner como una forma de reafirmar su masculinidad ante su novia Brenda Uliarte, por las humillaciones a la que ella lo sometía.
Carrizo señaló que Sabag Montiel actuó contra Cristina Kirchner porque su novia Uliarte lo empujaba a hacerlo, lo dominaba y quiso actuar como un “macho alfa” ante las humillaciones de tono sexual a las que lo sometía la joven, según dijeron fuentes judiciales.
De acuerdo con la singular descripción del detenido, era frecuente que Uliarte denostara a Sabag Montiel, dijera que cuando tenían sexo no llegaba a tener erecciones, que “no servía”, según reconstruyeron fuentes judiciales. Incluso, Uliarte le decía que su amante, señalado en su momento como Eduardo Miguel Prestofelippo, el youtuber libertario conocido como El Presto, “la tenía más grande”.
“El Presto” se enfrentó con Fabiola Yáñez, la primera dama, lo que le valió un juicio por violencia de género en el que fue condenado. Por ese motivo “Uliarte lo admiraba”, dijo Carrizo en su declaración. Y conjeturó que no había mejor manera de superar la audacia de “El Presto” que atentar contra Cristina Kirchner.
Indicó que en su opinión Sabag Montiel no quería matarla, sino demostrarle a su novia que podía hacerlo. Y de hecho dijo que la única vez que escuchó a Brenda hablar bien de Sabag Montiel fue cuando cometió la tentativa de homicidio. Dijo que quiso “hacerse el macho” delante de Brenda y por eso cometió el atentado.
Brenda Uliarte y Fernando Sabag Montiel
Uliarte, al mismo tiempo que frecuentaba a Sabag Montiel, mantenía vínculos íntimos con algunos de sus amigos, y se lo hacía saber a Sabag Montiel, declaró Carrizo.
El detenido, defendido por su abogado Gastón Marano, amplió esta mañana su declaración indagatoria durante seis horas ante la jueza federal María Eugenia Capuchetti y el fiscal Carlos Rívolo.
Los nuevos chats
Allí se le exhibieron nuevos chats encontrados en su teléfono, donde él mismo se colocaba como parte de la organización que cometió el intento de magnicidio y mencionaba no solo que el arma utilizada era suya sino que Sabag Montiel era su empleado.
En su indagatoria, el detenido insistió en quitarle relevancia a estas afirmaciones y señalar que eran en tono de broma. Explicó cada uno de los chats que lo incriminan, las circunstancias en las que en envió cada mensaje y las razones que lo llevaron a hacerlo.
Carrizo dijo que por ejemplo a uno de sus interlocutores le mandó el mensajes porque sabía que era kirchnerista y que “iba a saltar” y enfrentarse con él, o que otro de los mensajes se lo había mandado a una chica a la quería impresionar.
El momento en que le intentan disparar a Cristina Kirchner
Dijo que los chats donde decía que él “iba a terminar el trabajo” que no había realizado Sabag Montiel por fracasar en el intento de asesinato eran parte de “su humor negro reactivo” con el que “buscaba provocar a su interlocutor, contradiciéndolo”.
En su declaración, donde contestó preguntas de la jueza, del fiscal y de su abogado, dijo que le llamó la atención la actitud de la Policía Federal al momento del atentado, ya que había cerca de 16 policías allí y ninguno reaccionó para proteger a la vicepresidenta ante un ataque de un “pelele” como Sabag Montiel.
Fue una declaración larga, que ocupa 26 carillas, en la que arrancó contando cómo conoció a Uliarte y a Sabag Montiel, primero de manera virtual, luego en una fiesta; y relató como les ofreció trabajo vendiendo copos de algodón de azúcar coloreados. Asimismo recordó los enfrentamientos que tuvo con Sabag Montiel, cómo se enteró del atentado y lo que hizo en las horas posteriores.
Tras la ampliación de la indagatoria, la jueza Capuchetti entiende que está en condiciones de elevar la causa a juicio oral y público con Sabag Montiel y Uliarte como coautores de la tentativa de homicidio agravada de Cristina Kirchner y a Carrizo como partícipe secundario. Para hacerlo, necesitará previamente dar vista al fiscal, a los acusados y a la querellante, que es ka propia vicepresidenta.
Pero Cristina, patrocinada por sus abogados José Manuel Ubeira y Manuel Aldazábal, entiende que resta ahondar la investigación, que detrás de los novios hay una organización criminal; sostiene que Carrizo es parte de la banda y coautor del crimen y señala que además hay relaciones entre el intento de asesinato y el diputado de Pro Gerardo Milman y el grupo libertario violento llamado Revolución Federal.
Carrizo pidió su arresto domiciliario, solicitud que le fue denegada, pero ahora insistirá con esta idea, por lo que se le realizó un estudio socioambiental tras su paso por los tribunales.
El abogado de Carrizo, Gastón Marano, sale de los Tribunales de Comodoro Py (Enrique García Medina/)
Fuente La Nacion