Cientos de reservistas de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) empezaron una marcha a pie que les llevará estos próximos días hasta Jerusalén para protestar contra el polémico plan de reforma judicial del Gobierno de Benjamín Netanyahu.
La caminata, de 50 kilómetros, arrancó en la localidad de Latrun y durará tres días hasta que los congregados lleguen a Jerusalén para manifestarse ante la sede de la Corte Suprema de Justicia contra el proyecto del Ejecutivo. Su plan reduciría las competencias de este tribunal y erosionaría la separación de poderes en Israel, debilitando así las bases democráticas formales en las que se asienta el país.
«La democracia está en peligro real», por lo que se debe «salvar la democracia contra el plan para aplastar el sistema judicial», alegaron los organizadores de la marcha en la página web del evento.
Entre los participantes de la movilización habrá viejos oficiales de alto rango de las FDI y del establishment de Defensa, entre ellos Tamir Pardo, exjefe del servicio de Inteligencia exterior, el Mossad, así como reservistas de las fuerzas aéreas, la marina y otros grupos especiales.
Las manifestaciones contra el plan judicial del actual Gobierno -que asumió el poder a finales de diciembre- han sido importantes desde que el proyecto se anunció. Tuvieron hasta ahora su centro neurálgico en Tel Aviv. Decenas de miles de personas han ido a protestar ahí los sábados por la tarde desde hace varias semanas, en lo que son las movilizaciones más multitudinarias que Israel registra en décadas.
Entre otras cuestiones, el plan que ahora impulsa el ministro de Justicia, Yariv Levin, prevé la denominada «Cláusula de anulación», que implicaría que una mayoría simple de diputados en el Parlamento pudiera derogar los fallos emitidos por la Corte Suprema.
Este tribunal hasta ahora tiene competencias para tumbar normas que considere que son contrarias a las leyes básicas israelíes, con rango constitucional.
Pese a las numerosas protestas, que incluyen también empresarios y académicos que han alertado sobre los daños a la economía que el plan podría suponer, el Gobierno de Netanyahu sigue dispuesto a ponerlo en marcha. EFE y Aurora
Fuente Aurora