Hace exactamente 28 años, un agente de inteligencia llamado Mario Aguilar Rizzi comenzaba a redactar una carta dirigida al entonces ministro del Interior del menemismo, Carlos Corach.
Allí, el espía advertía que había en marcha un posible atentado contra Carlos Menem Junior. “Está relacionado indirectamente con el tema AMIA (…) Es un mensaje al Presidente”, advirtió Aguilar entonces.
La misiva fue enviada de manera “certificada” y con aviso de retorno Nº 8804. A pesar de ello, nadie le dio importancia y, un mes más tarde, el 15 de marzo de 1995, el hijo de Menem moría al caer en su helicóptero a la altura del Km 211,5 de la Ruta 9. Días después, el propio Corach admitiría ante el juez Carlos Villafuerte Ruzo haber recibido la carta de Aguilar antes de que ese hecho ocurriera.
No era el único aviso: el 5 de noviembre de 1996 Cesar Luis Pineda, amigo de Carlitos, reveló en el mismo juzgado que el hijo del Presidente era hostigado a través de su teléfono celular. Dice el expediente:
“(…) Que cuando se enteró del accidente, él le avisó solamente a Ramón Hernández. Que su número de Movicom es el 4133366. Que dos o tres meses antes del accidente Menem (h) recibía llamados en los que no hablaban”.
Al testimonio de Pineda, se suma el de Yolanda Guzmán, militante histórica del menemismo bonaerense, quien declaró el 3 de septiembre de 1998 en la misma causa judicial y reveló que Menem Junior le había confiado que temía que intentaran matarlo.
En esos mismos días, se hicieron públicos otros varios testimonios de personas que afirmaban que Carlitos les había comentado que tenía miedo y que estaba amenazado por una “mafia”.
Dice la propia Zulema Yoma al respecto:
“Junior estaba bastante incómodo con varias personas. Incluso en varias oportunidades yo di el nombre y pedí que se investigue a un tal coronel Correa, de la SIDE.
Carlitos me había dicho: ‘Mamá, estuve con el coronel Correa en la Casa de Gobierno y le pedí que intervenga los teléfonos, que vea quién me está molestando porque siento que me están controlando y hay algo raro…’ Como yo no lo conozco al señor Correa, pregunté al amigo de Carlitos que estaba a su lado, Lucho Pineda, que estaban siempre juntos… le digo: ‘Lucho, ¿vos te acordás de eso?’ Y me dice: Sí, exactamente, fue el coronel Correa a la Casa de Gobierno; Carlitos le dio los teléfonos para que intervenga…”.
El mismo Correa, a la hora de declarar en la causa —el 29 de setiembre de 1997—aseguró que “Menem hijo lo citó por un problema que tenía con su teléfono particular y que luego de averiguaciones realizadas (le recomendó que) la mejor solución era cambiar el número, pero Menem no quiso porque le ocasionaría problemas de comunicación por su agenda personal de sus allegados, por lo que le sugirió hacer denuncia judicial, obteniendo como respuesta de Menem (h) que lo pensaría”.
¿Quién y por qué amenazaría al hijo del Presidente de la Nación? ¿Quién se atrevería a tanto?
Zulema suele advertir que la muerte de su hijo fue planificada en el marco de un “tercer atentado”, como continuidad de lo ocurrido en la Embajada de Israel y la AMIA.
No es la única que lo cree: varios ex funcionarios menemistas entrevistados por quien escribe estas líneas en el marco del libro AMIA, la gran mentira oficial, aseguraron que la muerte de Junior fue un “ajuste de cuentas” por parte de Siria por pactos no cumplidos por Carlos Menem.
Es una historia que se remonta a 1988, cuando este último se entrevistó en secreto con el ex dictador Haffez Al Assad a efectos de conseguir dinero contante y sonante para su campaña presidencial.
El mandatario sirio le dio a Menem varios millones de dólares, pero pidió a cambio un par de favores que este jamás cumplió. “Una de las cosas que pidió Al Assad fue que la Argentina le proveyera un reactor nuclear a su país”, admitió a este cronista Oscar Spinosa Melo, uno de los que estuvo en esa comitiva. El dato fue confirmado luego por el ex ministro de Economía Domingo Cavallo.
Menem nunca se hizo cargo de su parte y fue entonces cuando llegó lo impensado: los atentados a la Embajada de Israel y la AMIA. El mensaje hacia su persona fue evidente y el propio ex mandatario dijo una frase que quedaría en la historia: “Esto me lo hicieron a mí”.
Luego, llegaría una segunda frase reveladora por parte de Menem: “Les pido perdón”. ¿Fue un mensaje a los ejecutores de los atentados o a la sociedad? Nunca se sabrá.
Lo cierto es que pocos meses después de lo sucedido en la AMIA, llegaría la muerte de su propio hijo. “Fue un accidente”, se adelantó en decir el entonces mandatario riojano, aún cuando no se habían hecho los peritajes correspondientes para saber qué había ocurrido.
Recién en 1999, a días de dejar la presidencia de la Nación, Menem admitió en el living de la célebre Susana Giménez que a su hijo en realidad lo habían matado. “Había balas en el fuselaje del helicóptero”, reveló entonces.
¿Por qué el ex Presidente esperó tanto tiempo para revelar algo tan atroz? ¿Fue acaso porque temía que también fuera asesinada Zulemita Menem?
A esta altura no quedan dudas acerca de que Carlitos fue asesinado. Dos reveladores peritajes lo testifican, amén de los 14 testigos que fueron asesinados en diferentes circunstancias. Todos ellos denunciaron poco antes que lo de Junior no había sido un accidente.
Los tres golpes árabes
¿Fue la muerte del hijo de Menem uno de los tres mensajes que suelen dar los árabes a quienes quieren aleccionar? ¿Fue acaso el tercer golpe luego de los atentados a la Embajada y la AMIA?
Quien lo respondió el jueves 18 de septiembre de 2003, fue el periodista Jorge Lanata en su programa de televisión “¿Por qué?”.
“Un secreto debe formar parte de tu sangre, dicen los árabes, convencidos de que el hombre no puede saltar fuera de su sombra. La venganza se come fría, y tiene para la mafia árabe una lógica ancestral. Deben pegarse tres golpes alrededor de la víctima, cada uno más cerca de ella. La embajada de Israel, la AMIA, el asesinato de Junior fueron cada uno de esos tres mensajes. La víctima que los comprendió, y sobrevivió para llegar a un acuerdo, fue Carlos Menem”, aseguró Lanata sin medias tintas.
En el mismo programa, el periodista aseguró que existió una red de operaciones e influencias que “desvió la atención sobre Irán y volvió a ocultar la pista siria, la pista de los tres golpes”.
Lanata recordó entonces que en noviembre de 1994, después de dos años de ruptura de relaciones diplomáticas, Menem comenzó a recomponer su relación con Siria y viajó a Damasco, donde nombró nuevamente a un embajador argentino.
Pero al poco tiempo volvería a romperse el idilio. Fue entonces cuando el tercer golpe, le pegó más cerca. “Escribí cien veces sobre la AMIA y siempre escribí lo mismo. Siempre dije que esta historia daba asco”, recordó el periodista.
Luego dijo lo que nadie quería escuchar: “Hay espesas cortinas de humo. Nunca hubo una Traffic. Nunca hubo un conductor suicida. Las pruebas fueron plantadas. La embajada y la AMIA fueron atentados antisemitas, pero no tuvieron vinculación con el conflicto de Medio Oriente. O por lo menos no tuvieron el vínculo oficial, el dedo acusador que Israel, EEUU y Argentina trata de darle a Irán”.
Finalmente, Lanata se preguntó por qué habían ocurrido esos hechos: “¿Fue una maniobra de lavado de dinero que no se llegó a concretar? ¿Fue por las promesas del misil Cóndor y los reactores nucleares, que al final terminaron en Egipto por presión de EEUU? ¿Fue porque nunca quisieron devolver los favores que los árabes hicieron, poniendo plata para la campaña del 89?”.
Las preguntas que se hace el periodista no están lejos de la verdad. La propia Cristina Kirchner supo impulsar durante los años 90 la políticamente incorrecta “pista siria”, en días en los que le tocó presidir la comisión parlamentaria que investigaba los atentados en Buenos Aires.
La hoy mandataria juraba en esos días que la “pista iraní” era falsa y recién en 2003 comenzó a adherir a esa línea de investigación. Fue después de un viaje que hizo a Estados Unidos junto a su marido, recientemente electo Presidente de la Nación.
Luego, llegaría un reservado encuentro con Zulema Yoma y el apoyo a las palabras de esta última: “La muerte de Carlitos Menem fue el tercer atentado”.
Fuente Mendoza Today