La Yihad Islámica Palestina (YIP) se encontró una vez más luchando sola contra Israel, resistiendo toda la fuerza de Israel sin beneficiarse de la asistencia militar activa de sus socios en el conflicto actual.
Por Yoram Schweitzer
Aunque YIP es considerada como una parte integral del «frente de resistencia armada extendida», sus socios Irán, Hezbollah, las milicias chiís e incluso Hamás no lo asistieron para atacar a Israel y se contentaron con mucha retórica y palabras de aliento.
La YIP es una veterana organización terrorista que se ha mantenido leal a una ideología extremista desde que fue fundada en la segunda mitad de la década de 1980.
Evitó la institucionalización partidaria y el desarrollo de pretensiones políticas y una agenda social, y permaneció leal únicamente a la actividad terrorista contra Israel.
A pesar de ser una organización enfocada exclusivamente en el terrorismo, con el apoyo de sus patrocinadores, liderados por Irán; ha desarrollado capacidades y marcos organizativos militares: se ha armado con misiles, cohetes y misiles antitanques junto con el desarrollo de capacidades para la fabricación de armas en Gaza, incluyendo cohetes.
Al mismo tiempo, se ha adherido a una devota estructura secreta que se focaliza en perpetrar ataques terroristas contra israelíes en Cisjordania y en el territorio israelí.
Junto a estos, la organización cuenta con una infraestructura activa en el Líbano y Siria, donde mantiene estrechos vínculos con Hezbollah y la Guardia Revolucionaria [iraní].
Aproximadamente una semana antes de la Operación Escudo y Flecha, la Yihad Islámica encabezó el ataque con cohetes contra Israel tras la muerte en huelga de hambre de Adnan Khader, un miembro de la organización, utilizando su fallecimiento para justificar la agresión y tratar, como es habitual, de arrastrar a Gaza y Hamás a una confrontación militar con Israel.
La organización se vio sorprendida cuando sufrió un ataque sorpresa israelí que le costó muy caro con la eliminación de seis de sus altos mandos militares a cargo del despliegue de cohetes y las operaciones militares, así como daños significativos a su infraestructura operativa.
Es evidente que la campaña israelí focalizada y limitada no tenía la intención de derrotar a YIP en este tipo de ronda militar, sino debilitar a la organización y al mismo tiempo señalar a sus socios en el «frente de resistencia armada» que Israel no se ha debilitado militarmente a pesar de su crisis interna.
Aunque los portavoces de la YIP y sus socios destacarán sus logros al enfrentarse solos a la maquinaria de guerra israelí y su éxito al continuar disparando durante varios días contra las ciudades de Israel, incluyendo Tel Aviv y las afueras de Jerusalén, y (supuestamente) extenuando a los ciudadanos israelíes sin que Israel pudiera impedirlo; la organización salió del evento derrotada militarmente.
La YIP se verá obligado a internalizar de que Hamas no tiene la intención de absorber los resultados de sus provocaciones contra Israel e incluso está dispuesto a usarlos en su beneficio y dejar a la YIP sola para pagar el precio debido a su política independiente y su falta de voluntad para someterse a la estrategia general de Hamas contra Israel.
La organización solo podrá reclamar un logro significativo si logra arrastrar a Israel y Hamas a una confrontación extensa entre ellos.
Sin embargo, incluso si no lo hizo en la ronda actual, no dejará de intentar provocar una escalada general también en el futuro.
El Día de Jerusalén puede ser otra oportunidad para la YIP, donde también tiene a Jerusalén y Cisjordania para reunir en estos intentos continuos.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Fuente Aurora