LA HABANA, Cuba. – Dentro del inmenso y rico refranero popular, hay uno que los cubanos suelen emplear con frecuencia cuando se intenta meter algo en un espacio más pequeño que el requerido. “Meter La Habana en Guanabacoa” tiene su origen en el ataque a La Habana del corsario francés Jacques de Sores, en 1555.
El villorrio de Guanabacoa había sido fundado un año antes, el 12 de junio de 1554, por acuerdo del Cabildo de la Villa de San Cristóbal de La Habana. Sus habitantes fueron principalmente indios que andaban dispersos, y que fueron concentrados allí por las autoridades españolas para controlarlos mejor.
En lengua taína, Guanabacoa significa “tierra de ríos y lomas”. Bautizado así por los indios debido a la gran cantidad de afluentes y colinas que lo circundaban, el recién establecido poblado sirvió de refugio a los habitantes de la villa de San Cristóbal de La Habana, convirtiéndose en capital transitoria. El Gobierno provisional radicó allí durante algunos meses, mientras se llevaban a cabo las labores de reconstrucción de la ciudad principal, arrasada por De Sores.
Durante los siglos XVII y XVIII el territorio tuvo un intenso desarrollo agrícola y ganadero, enfocado en la producción de café y tabaco fundamentalmente. Gracias a su pujanza, en 1734 le fue otorgado el título de Villa de Nuestra Señora de la Asunción de Guanabacoa, con su escudo de armas. En el siglo XIX florecieron el comercio y la industria, cuya prosperidad se afianzó en los años de la República.
En la villa de Pepe Antonio, heroico defensor de La Habana cuando atacaron los ingleses, en 1772, se radicó una comunidad de indios de Florida, principalmente apalachees y yamasees, evacuados junto a soldados y colonos españoles una vez finalizada la Guerra de los Siete Años entre las potencias europeas por la supremacía colonial en América del Norte y la India.
Aunque en la actualidad, al igual que el resto de los municipios habaneros que en otros tiempos conocieron un auge industrial significativo, Guanabacoa ha decrecido en su impacto económico, y sus infraestructuras se han deteriorado.
En su territorio fueron construidos varios inmuebles de valor patrimonial, como la Iglesia Parroquial Mayor, la Ermita del Potosí, los Conventos de Santo Domingo y San Francisco, el antiguo colegio de los Escolapios de Guanabacoa, entre otros.
Fuente Cubanet.org