
Firmados en 1993 bajo la Administración Clinton, para poner fin al terrorismo de la OLP, el adoctrinamiento al odio, el antisemitismo y la guerra política. Irónicamente, los Acuerdos han producido el resultado opuesto.
Por Dan Diker
Este compendio de políticas del Centro de Asuntos Públicos de Jerusalén expone, explora y evalúa cómo el proceso diplomático de los Acuerdos de Oslo de tres décadas, en particular el enfoque concesional y la pasividad política de Israel hacia la OLP y la Autoridad Palestina, el incentivo financiero del terrorismo, la corrupción y la difamación internacional de los derechos legales y diplomáticos de Israel, han permitido a la OLP-AP atacar a Israel y difamar su posición internacional.
Simultáneamente, la cooptación de la legitimidad de Israel por parte de la OLP ha mejorado su perfil internacional y su posición como estado observador no miembro de la ONU.
Esta iniciativa de investigación y política recomienda un camino más efectivo para que Israel corrija los errores de política del pasado y responsabilice a la Autoridad Palestina para lograr un enfoque más seguro y viable en las relaciones entre Israel y la Autoridad Palestina.
Los treinta años de los Acuerdos de Paz de Oslo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina han tenido consecuencias no deseadas.
Los Acuerdos de Oslo, garantizados y atestiguados internacionalmente, firmados por primera vez en la Casa Blanca en 1993 bajo la Administración Clinton, fueron diseñados para poner fin al terrorismo de la OLP, la incentivación del terrorismo, el adoctrinamiento del odio, el antisemitismo, el radicalismo y la guerra política.
Irónicamente, los Acuerdos han producido el resultado opuesto.
La OLP y su subsidiaria reconocida internacionalmente, la Autoridad Palestina, han intensificado su ataque global contra Israel.
El sistema de incentivos en dinero efectivo “Pagar para Matar” de la Autoridad Palestina ha alimentado el terror contra los civiles israelíes, asesinando e hiriendo a miles.
Los motivos de la conspiración antisemita nazi, soviética e islamista han inundado las redes sociales occidentales, y la corrupción masiva de la Autoridad Palestina ha paralizado la economía palestina y empujado al público palestino a los brazos de Hamás respaldado por Irán.
Las elecciones palestinas “libres y justas” ordenadas por Oslo han afianzado el dominio de Fatah sobre la Autoridad Palestina, con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, en el decimonoveno año de su primer mandato de cuatro años, prescrito por la ley de la Autoridad Palestina.
Quizás de mayor alcance, el proceso de Oslo ha dado lugar a una inversión de la legitimidad por la cual la simpatía y el apoyo internacionales se han acumulado en la OLP-AP, mientras que la legitimidad del Estado de Israel ha sido denunciada, difamada y al propio Israel se le ha negado la igualdad de trato en las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales.
Fuente: The Jerusalem Center for Public Affairs
Fuente Aurora