MIAMI, Estados Unidos. – La mangosta, llamada “hurón” en algunas regiones de Cuba, ha demostrado ser uno de los animales más perjudiciales que jamás haya sido introducido en la Isla. Originalmente nativa desde Kasmir hasta Orissa en la India, esta especie fue traída a la mayor de las Antillas alrededor de 1886 desde Jamaica, con el propósito de combatir una infestación de ratas en los cañaverales del antiguo central Toledo.
Al principio, el pequeño mamífero parecía ser la solución perfecta, manteniendo a raya a los roedores. Sin embargo, su insaciable apetito pronto encontró blancos más apetitosos, y la mangosta empezó a amenazar a otras especies endémicas de la fauna cubana. Esta expansión indiscriminada ha servido como un sombrío recordatorio de los peligros de introducir especies foráneas sin la debida investigación y consideración de las posibles consecuencias.
La mangosta, un animal predominantemente diurno, es una amenaza particularmente aguda para las aves que anidan en el suelo, los reptiles y los anfibios. De acuerdo con un artículo publicado en la plataforma Scielo, su horario de máxima actividad es entre las 11:00 a.m. y las 3:00 p.m.
Además, estos animales, que son portadores del virus de la rabia, presentan un riesgo para la salud pública. Cambios en su comportamiento, como una mayor agresividad o un cambio en sus hábitos diurnos, pueden indicar una infección.
El Ministerio de Salud Pública (MINSAP) de Cuba ha emitido advertencias para la población sobre la amenaza que representan las mangostas rabiosas. Cualquier individuo que haya sido mordido o atacado por una mangosta debe buscar tratamiento médico inmediatamente, como parte del Protocolo Nacional de Prevención y Control de la Rabia.
Dada su rápida proliferación, la erradicación de la mangosta del territorio cubano parece ser una tarea imposible por el momento. Sin embargo, los expertos siguen subrayando la importancia de proteger a los mamíferos nativos de Cuba, muchos de los cuales son especies endémicas y valiosas para la investigación científica.
Fuente Cubanet.org