El ex vicepresidente criticó con una ironía la decisión que tomó el ministro de Economía de devaluar. Además, analizó la situación social que se generó a partir de los robos en algunos comercios.
Carlos Ruckauf, ex gobernador bonaerense, habló sobre la situación de incertidumbre que se generó a partir de los saqueos y sostuvo que es muy distinto al 2001, principalmente por los planes de contención social. “Sergio Massa sigue sin comprender lo él mismo dijo”, declaró en Modo Fontevecchia.
¿Cuál es su propio balance de estos robos en grupo o saqueos? ¿Hay algún punto de comparación con el 2001 o no tiene nada que ver?
Primero, comparto lo que dijo el ministro Aníbal Fernández, que es importante que investiguen y haya un equipo de inteligencia que siga todo esto. Me parece un despropósito lo que dijo la vocera presidencial, nos tiene ya acostumbrados a los despropósitos.
No hay que buscar en esto una conspiración de un dirigente político de la oposición, es ridículo. Lo que hay, primero, es un resultado electoral adverso para el Gobierno, una equivocadísima reacción del ministro de Economía de devaluar el lunes, porque no se puede devaluar sin plan.
Me preguntaba ayer si es que la novia de Milei llamó a Massa haciéndose pasar por Cristina para darle la orden de esa pavada que hizo, porque los precios de los productos que consume la gente, de los medicamentos y la comida, subieron entre el 30% y el 40%, esta semana que pasó. Después, cuando aparecen los índices de inflación se mezclan cosas que no usamos con cosas que usamos.
Lo cierto es que hay una bronca ya acumulada, un castigo al Gobierno por sus torpezas en la elección, donde la mayoría de los argentinos eligió por las oposiciones o se abstuvo, y esto también es un castigo, porque la mayoría de los que no fueron a votar, si uno lo analiza, son votantes que han votado al gobierno cuando Alberto Fernández era un candidato a presidente y no, como hoy, un holograma, en lugar de estar en la Casa Rosada en medio de semejante tensión.
Comparado con el 2001, ¿puede ayudarnos a tranquilizarnos, que se trata de situaciones muy distintas o puede llegar a generarse un foco incendiario y que se contagien?
Creo que la situación es absolutamente distinta porque, del 2013 en adelante, se fueron estructurando en la Argentina planes de contención social, lo que hoy se llama planes sociales, que se reparten en todo el país, especialmente en los sectores más vulnerables.
Además del reparto habitual de comida y otros elementos vinculados a la alimentación de los menores, como los lácteos, que se hace en todos los lugares vulnerables de la Argentina.
Eso se viene haciendo desde hace mucho tiempo y es una tranquilidad respecto a la necesidad de mucha gente, que puede ser lo que se llama la cobertura de masa para los provocadores y ladrones, que sin duda hay, pero una buena tarea de inteligencia los puede descubrir. De hecho, ayer Berni detuvo a 36, no es que no sea actuó en respuesta a lo que había ocurrido.
De aquí en adelante es muy importante comprender que cuando los salarios se derriten, las jubilaciones mejor no hablemos porque están absolutamente atrasadas, y los planes sociales empiezan a hacer agua (porque pierden valor en la posibilidad de comprar mercaderías), obviamente que el caldo de cultivo se agranda.
Ahora, estamos en un proceso electoral, vamos a tener un presidente en pocos meses más, y en consecuencia, no es que no hay una posibilidad de esperanza como para que la desesperación nos gane.
Alejandro Gomel (AG): A su criterio, ¿a quién puede beneficiar políticamente un clima de caos?
Creo que pensar en el beneficio político es la torpeza que cometió la vocera. Lo que hay es una situación que es explotada por algunos, con un mecanismo, que son los teléfonos.
Estuve en París en el momento del asesinato, por parte de un policía, a un hombre francés de decencia árabe, y vi lo que pasó con el funcionamiento de las redes sociales en un país como Francia, que tiene una estructura de inteligencia muy afilada, y que puede responder con mucha celeridad.
Los mecanismos de funcionamiento de los grupos, por la cantidad de redes que conocemos, permiten juntar a la gente con mucha facilidad, y cuando se produce, por ejemplo, un saqueo, informar que se está robando y que no hay defensa. Entonces, no hay que confundir los ladrones y los robos de oportunidad, con una acción con fines políticos.
Creo hasta ahora, y por eso es importante que como dijo Aníbal Fernández, que se investigue, debe haber intención, pero no lo veo como una intención que no esté vinculada al robo o a la desesperación de alguna gente que es instada por otros, porque cuando juntás 100 personas para robar comida, a lo mejor vos te llevás un televisor.
¿Cree que la devaluación, mal comunicada, mal ejecutada, y que no logró mejora para el fisco, es mala praxis? ¿O la idea es generar miedo de lo que puede pasar si gana Milei?
Creo que, fundamentalmente, es que Massa sigue sin comprender lo que él mismo dijo. Es decir, hace dos meses dijo que no se podía ser ministro de Economía y candidato a presidente.
Usted y yo conocemos a, para mí, el mejor presidente de Brasil en la historia que yo he vivido, Fernando Henrique Cardoso, un gran amigo y un gran amigo de la Argentina, que había hecho el Plan Real, que andaba bien y era exitoso, y cuando fue candidato a presidente decidió renunciar, porque como él dijo, “en cualquier momento, a un ministro de Economía la realidad lo saca de la calle”. Entonces, el primer tema es que no se puede ser las dos cosas.
El segundo tema es que la única instrucción que le había dado su jefa política, Cristina Kirchner, a Sergio Massa, era que no devalúe, porque en ningún país se puede devaluar sin plan. Entonces, cuando usted devalúa sin plan, el resultado es lo que ocurrió.
¿Por qué cree que lo hizo?
Porque a veces uno, en medio de las tensiones de la función pública, cree que lograr una negociación y devaluar menos de lo que pide el Fondo, es un éxito, y así lo debe haber sentido seguramente él en el momento que devaluó el 20% y no el 40%, porque no le pedían el 100%, sino el 40%.
Pero eso, una vez que pasa a precios, como usted explicó recién y lamentablemente pocos lo explican, porque yo veo en los medios que se siguen analizando los índices de inflación como si eso fuera lo que pasa en el bolsillo de la gente, lo que pasa, en el bolsillo de la gente es lo que usted acaba de decir, se ha ido a precios mucho más de lo que se devalúa.
Para colmo, eso no achica la brecha cambiaria sino que la agranda, y explico por qué: Massa viene diciendo que iban a ingresar 10.700 millones de dólares, va a ingresar esa cifra pero solo 7500 dólares ahora y el resto en noviembre, para el siguiente gobierno, porque una vez que haya un ganador electoral, se presupone que Alberto Fernández le va a entregar el poder antes, como hizo patrióticamente Alfonsín.
Pero, esta plata que viene ahora no alcanza para lo que dice Massa, porque tiene que devolverle a los chinos, a la Corporación Andina de Fomento, a los cataríes y tiene que pagarle al Fondo. Según mis cálculos, le van a quedar 1850 millones de dólares, pero está 600 abajo, entonces no es posible que nos quiera hacer creer que con eso él puede controlar el mercado del MEP. Está haciendo humo y el mercado es más vivo que él. Los que lo rodean deberían decirle que así no va a funcionar.
Cuando él dice que no va a devaluar más el oficial hasta después de las elecciones, es otra afirmación que no debió haber hecho, porque en economía no se pueden hacer esas afirmaciones, lo mismo que cuando dijo que la inflación iba a empezar con tres. Si la realidad lo obliga a devaluar, o el mercado mismo produce una consecuencia que obliga a la devaluación, y otra vez vamos a tener efectos no queridos.
Llegó el plato fuerte de la visita de Massa a EE.UU.
Me parece que el tema central es que no puede ser candidato y ministro. Segundo, tiene que entender lo que le pasa a la gente más humilde, que no puede siquiera ir al supermercado.
Yo vengo del supermercado, me tenían que haber hecho el descuento de jubilados, pero no lo hicieron porque se equivocaron, pero en el caso de la gente que vive alejada, que no tiene tarjeta, aunque sea jubilado, no tiene quien lo descuente. Además, en los negocios de cercanía es más caro que en los supermercados.
Estamos en una situación de desesperación colectiva, y algunos sinvergüenzas están utilizando esa desesperación. Seamos cuidadosos.
Fuente Perfil