Por Ricardo José Ferrer Picado
No podemos incendiar el país por lo que no nos gusta. Necesitamos orden, austeridad y que se cumpla la ley para consumar las reformas que proyecten a la Argentina al progreso
El próximo 23 de octubre es probable que las elecciones de Argentina den como resultado una segunda vuelta o balotaje a celebrar en noviembre. ¿La razón? No prosperará el escenario de tres tercios que arrojaron las primarias (PASO).
El resultado de las PASO puede explicarse hoy en el esquema de VICA, caracterizado por la Volatilidad, Incertidumbre, Complejidad y Ambigüedad. Sin embargo, la polarización tóxica y dinámica del poder propia de la Argentina, explica muchas cosas.
Queda claro que el populismo es un método reaccionario de ejercer el poder y lo votan por igual, es un dogma religioso que facilita las cosas a quienes prescinden de su libertad, sean planteamientos de derecha o izquierda, mientras respeten su naturaleza personalista y autoritaria, excluyentes de equipos y complejidades, que solo tributan a soluciones simplistas y mágicas.
Consultado por un encuestador, un ciudadano del conurbano bonaerense antes de las PASO explicó su preferencia por Cristina Kirchner, pero como no estaría presente en la compulsa, ante el menú de candidatos, afirmó que votaría por Milei que promueva un «anarco-capitalismo».
Sin embargo, ese mismo votante, se definía muy de acuerdo con el «control de precios» que es una herramienta del régimen soviético que se aplica en Cuba y en economías cerradas y agudamente intervenidas por el Estado.
Milei no es ingenuo de esta mecánica y no fue casual su reivindicación de Menem, un peronista que supo sintetizar como aliado kirchnerista en sus últimos años.
El resultado de las PASO, y la sorpresa de Milei, está signado por la expresión de intendentes y gobernadores del oficialismo, que han sostenido: «Se nos fue la mano».
También de varios núcleos como el del competidor en la PASO bonaerenses que resultó perdedor como Santilli.
Tiene un antecedente inmediato en 2019, con Massa y Espert, que logró legisladores plenamente funcionales a la gestión de Kicilof y han contribuido con el resultado de Milei, que, por cierto, no ha ganada nada y les asegura sus dinámicas prebendarias en concejos deliberantes y legislaturas provinciales.
Además, contribuía a evitar la imagen negativa del actual gobierno nacional, que lleva nada menos que al responsable de la inflación que es el ministro de economía, Sergio Massa, como candidato presidencial, siendo que los gobernadores fueron excluidos del armado territorial ya tenían resuelto sus territorios con elecciones que fueron desdoblada –incluso en las provincias de Mendoza, Santa Fe y Jujuy de Juntos por el Cambio (JxC)–, y los intendentes (alcaldes) bonaerenses, que sufrían primarias locales y debían sobreactuar sus lealtades kirchneristas, con el desafío de mantener el poder local, con volúmenes de votantes similares a los de gobernaciones.
En octubre, los intendentes y mandatarios provinciales, todos con poder semifeudal, tendrían que trabajar territorialmente y mejorar la cosecha de votos, porque ya desmadrado Milei que obtuvo el 36 % en las PASO en Tucumán donde en la última a elección a gobernador de mayo, su candidato a gobernador Ricardo Bussi obtuvo el 4 % de los votos, a 30 % del segundo, que fue de JxC.
Es imposible explicar el 30 % de Milei, que según todos los sondeos promediaba en 18 al 22 % de los votos como expectativa, a quien en ningún momento del pasado domingo le faltó una sola boleta en todo el país, aun en territorios hostiles para cualquier fuerza no oficialista como los distritos de La Matanza, Lomas de Zamora, Moreno, Merlo, Tucumán, Santiago del Estero, Chaco, Formosa o incluso Jujuy, donde en ese caso exhibió la debilidad del candidato que acompaño al actual jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta que también tiene responsabilidad en la baja de JxC por su mala performance.
En la próxima elección, desde mi perspectiva, Patricia Bullrich lograría unos 38 a 40 % de los votos. Veamos los motivos:
1- Los gobernadores como intendentes bonaerenses de JxC mejorarían la elección, procurando que más personas sufraguen, como sucedió en el tránsito de las últimas PASO a las elecciones generales, que son las que valen. Los acompañaría la sinergia y claridad de fórmulas y candidatos con nitidez y definidos.
2- El votante de Larreta no tiene a quien votar sino a Bullrich, por lo que consolidaría la sumatoria de 28 % que ya será un núcleo duro y piso.
3- JxC mejoraría notablemente según experiencias recientes entre las PASO y las elecciones presidenciales.
4- Que Patricia Bullrich sea la candidata victoriosa y tan claramente en JxC, facilita que el voto de Larreta vaya para ella. Al revés difícilmente todos los votos de Patricia irían a Larreta, y se fortalecería Milei.
5- La candidata de JxC tiene importantes atributos, es la única mujer, es una militante con capacidad de comunicar mensajes y consignas claras, conoce al Estado y sabe como nadie de seguridad, su actuar firme da autoridad y moderación como proyecta austeridad republicana sin sobreactuar nada.
En sus recorridas dejó en claro su conexión con la ciudadanía, su sensibilidad y capacidad de empatizar con la gente más que Larreta, incluso que Milei que nunca camina entre multitudes y hasta tiene guardaespaldas desde hace años.
6- Tiene equipos, referentes experimentados y jóvenes con experiencia que transmite energía y entusiasmo, además de la presencia en el Congreso y provincias que garantizan a diferencia de Milei, una gobernabilidad sin golpes ni condicionamientos corporativos.
7- Sin dudas puede recrear una mística como la de Macri tras las PASO de 2019, con su espontánea marcha por 20 ciudades del interior.
7- De los 11 millones que no fueron a votar, como los que lo hicieron, pero mudaron el voto por bronca, tiene elementos para darles la esperanza de volver a confiar en la zona núcleo con el expresidente Macri, como el caso Córdoba.
8- Así como en 2019, Macri logró que depositen su confianza los que no votaron en las PASO, esta vez, de darse, y se dará, porque una cosa es el voto-bronca en una PASO de un ciudadano libre y con mal humor y otra, un salto al vacío seguro, y así se proyecta que JxC con Patricia Bullrich, crecería unos diez puntos, lo que la posiciona entre 38 a 39 % de cara al balotaje.
9- En tanto, Milei, titular de un movimiento unipersonal que no pudo trasladar votos ni a sus candidatos a gobernadores en elecciones desdobladas ni simultaneas como la de Capital Federal, donde su candidato ramiro Marra a jefe de gobierno solo logró 16 %.
En un hipotético futuro gobierno, Milei a lo sumo tendría 7 senadores, 40 diputados y ningún gobernador.
Se encontrará con complicadas condiciones de gobernabilidad y sin experiencia de gestión, que lo expone a un escenario político «a la peruana», con un Congreso que le podría perdonar una o dos equivocaciones, pero ya con la opinión pública en contra, lo destituiría si es que antes por decreto como Castillo, éste último no optase por limitarlo.
Patricia Bullrich sí tendría condiciones de gobernabilidad para hacer los cambios. El fenómeno Milei, a pesar de que se intenta comparar con Trump y Bolsonaro, carece de bases genuinas que den previsibilidad (militares, religiosas, legislativas, etcétera).
El triunfo de Patricia llevaría consigo el de Grindetti, que contribuiría a su gobernabilidad desde la Provincia de Buenos Aires, ya que los intendentes kirchneristas, que necesitaran mostrar lealtad a Kicilof, sin el corte de papeleta en las PASO y con la debacle económica cotidiana, bajarían el caudal de la elección presidencial de Massa. El kirchnerismo ha perdido la capacidad de ofrecer algo nuevo.
Aun así, es difícil que uno de los candidatos pueda ganar en primera vuelta en las elecciones de octubre, salvo que Milei siga hablando sobre sí mismo y zarpándose (perdiendo el norte), y no opere el voto hesitante (exitista) entre quienes no fueron a votar y quienes suelen tener inercias autocráticas en búsqueda de personalismos.
Siendo que el rol que juega Massa le facilitaría que sume uno 4 ó 5 % del voto no prebendario, ya que la mayoría de los votos de Milei no vienen de JxC sino de espacios K, así, de colapsar Massa, Milei ganaría votos. Cuanto mayor sea el caos económico y desgobierno, mejor para Milei, pero no suficiente.
Lo que queda claro es que con estas elecciones mutaría el esquema de bicoalicionismo, que recreó el otrora bipartidismo argentino.
Para que le vaya mejor a JxC es importante que le vaya mejor a Massa.
Y esto, es probable. Por eso, la ciudadanía de un país eminentemente urbano, que supo mantener un gran porcentaje de voto libre, podría inclinarse por una candidata reconocida por sus equipos y referentes internacionales, que emana firmeza y previsibilidad, y que tiene enormes posibilidades de ser la próxima presidente.
Los argentinos no van a pasar de un gobierno que termina en llamas a otro que lo quiere apagarlo con nafta (combustible).
Necesitamos sensatez y trabajo duro para cambiar el país. Estamos tan mal que nos encanta que nos digan que todo se arregla con dos frases.
Cómo vamos a pasar de la insensatez y la rapiña de los K a las recetas mágicas de alguien inestable que habla con los muertos. Milei está más cerca del Brujo y espiritista López Rega que Bullrich de los Montoneros.
No podemos incendiar el país por lo que no nos gusta. Necesitamos orden, austeridad y que se cumpla la ley para consumar las reformas que proyecten a la Argentina al progreso.
Fuente El Debate