Por Diego Cabot
Por tercera vez, en la quiebra de Austral Construcciones sale a subasta un lote en el que la vicepresidenta fue socia del empresario; ahora, los copropietarios son los hijos
Con 80.000 dólares se pueden hacer varias cosas, entre otras comprar la mitad de un terreno paradisíaco en El Calafate, sobre el Lago Argentino. Quien los tenga y se decida por esa opción, se llevará un souvenir: será socio del diputado Máximo Kirchner y de su hermana, Florencia.
Por estos días, y hasta el 2 de octubre, cualquier interesado, podrá presentar en un expediente comercial, un sobre cerrado con una oferta para comprar el 50% de un lote en medio de un paraíso patagónico. Tendrá que ofrecer, al menos, $80.000 y esperar al 12 de octubre. Entonces, el juez que interviene en la quiebra de Austral Construcciones, la compañía insignia de Lázaro Báez, abrirá las propuestas y entregará al mejor postor la mitad de ese lote que se individualiza como Fracción CCXXXIII, Partida Municipal C11- F000-422, inscripta en la Matrícula 5285, del Departamento III Lago Argentino, en Santa Cruz.
El lote es uno de los tantos bienes que quedaron dentro de la quiebra de Austral Construcciones que tramita en un juzgado comercial porteño y que de a poco salen a remate. Se trata del tercer intento por subastar el inmueble en el que la vicepresidenta Cristina Kirchner fue socia de Lázaro Báez. Luego, con la muerte de Néstor Kirchner, ella optó por entregar su porcentaje indiviso a sus hijos, quienes ahora comparten el predio con el empresario detenido, al menos, hasta que haya un nuevo propietario.
En diciembre pasado, el 50% de la propiedad del terreno de 87.000 metros cuadrados salió por primera vez a la venta. Entonces, la jueza María José Gigy Traynor fijó la base para en US$177.480. Pero nadie se interesó en ese lote, cuyo informe de dominio está abarrotado de embargos e inhibiciones que se anotaron producto de varias causa penales.
En marzo, hubo una segunda oportunidad. La Justicia bajó la base 40% y entonces, había que depositar US$106.500 para quedarse con esa privilegiada porción de la Patagonia Sur. Tampoco ese precio sedujo a los compradores. Finalmente, llegó el tercer intento. Esta vez, el precio es de US$80.000 y hasta el 2 de octubre, hay oportunidad de quedarse con el inmueble a menos de la mitad de lo que salía hace ocho meses.
La sociedad Kirchner -Báez
La historia de la sociedad entre los Kirchner y Báez salió a la luz en 2013, después de una investigación que publicó en LA NACION la periodista Mariela Arias. Todo empezó cuando la vicepresidenta adquirió el terreno como tierra fiscal en 2006, a un valor irrisorio de poco más de $1 el metro cuadrado. En ese entonces, este lote fue uno de varios que el matrimonio adquirió.
Un capítulo importante comenzó a escribirse el 28 de febrero de 2007. Ese verano, la senadora se presentó en la escribanía de Ricardo Albornoz y firmó un contrato con Austral Construcciones. Se trataba de una permuta entre ambos. Por un lado, la constructora le transfería un terreno en El Calafate (individualizado como Quinta 10.A) y, a cambio, la entonces legisladora hacía lo propio con la mitad de otro lote de 87.000 metros cuadrados ubicado en las afueras de la ciudad. En el que recibió Cristina Kirchner se construyó una parte de Los Sauces, un hotel boutique pegado a su casa. En el otro, nació una sociedad comercial entre las dos familias que dura hasta estos días.
El bien no quedó registrado en las declaraciones de Cristina Kirchner y se puso a nombre de Néstor Kirchner. Después del fallecimiento, la vicepresidenta declaró el 25% del terreno, producto de la disolución conyugal y el restante 25% le correspondió a sus hijos. Finalmente, entregó la totalidad a Máximo y Florencia Kirchner.
Para pisar este rincón patagónico hay que llegar a El Calafate y tomar la costanera, que como tantas cosas en esta villa turística, se llama Presidente Néstor Kirchner. A poco de andar, cuando se bifurca un camino para ir al Glaciar Perito Moreno, hay que salir de la ruta 11 y mantenerse por el camino bajo sobre la costa del lago. Entonces, luego de cruzar la zona urbana de Punta Soberana y recorrer toda la bahía, se dobla por una península. En ese lugar amanece la vista de la Cordillera de los Andes, con un marco de agua turquesa del lago Argentino. Cuando termina el asfalto, la calle sigue de ripio. A poco más de 400 metros, sobre una ladera de unos 70 metros de altura, está el lote de 87.046 metros cuadrados. Desde arriba, la vista es, simplemente, imponente. Habrá que pagar US$80.000 y sentarse a negociar con Máximo y Florencia. Y después, disfrutar la vista de ensueño.
Fuente La Nación