Eliud Kipchoge (condado de Nandi, Kenia, 1984) se sentó en el Hotel Reconquista ante la prensa y, claro, tuvo que empezar hablando de zapatillas, tema del momento en el mundo maratón, que vive una auténtica revolución. «¿Qué opinión tiene de la competición entre Adidas y Nike en la fabricación de zapatillas? ¿Se debería prohibir o permitir correr con ellas?». «Es una buena pregunta. La competencia entre los fabricantes de las zapatillas debería seguir adelante. Nuestra vida está mediada por la tecnología, y vivimos en un mundo donde debemos permitir a la gente pensar y expresarse», dijo él, vestido de Nike de arriba abajo. «Esto no va de zapatillas, sino de correr y entrenar de cierta manera para romper nuevos récords. La idea real detrás de estas zapatillas no es que te den un porcentaje más alto de velocidad, sino que te permite resistir entrenamientos largos y duros. No son superzapatillas que te vayan a propulsar para ir más rápidamente. Estas marcas tienen que seguir trabajando e innovando».
Esta ‘guerra tecnológica’ en la competición se ha traducido en tiempos hasta hace poco inimaginables: a finales de septiembre, la etíope Tigist Assefa pulverizó el récord femenino en Berlín con una marca de 2 horas, 11 minutos y 53 segundos, rebajando en más de dos minutos el tiempo anterior de la keniana Brigid Kosgei. Dos semanas después, Kelvin Kiptum terminó la maratón de Chicago en 2 horas y 35 segundos, batiendo por 34 segundos el récord mundial, que ostentaba, claro, Kipchogue. «No fue ninguna sorpresa que él consiguiera un nuevo récord. La belleza del deporte es conseguir nuevos récords siempre, porque eso demuestra que la gente está trabajando duro para conseguir sus objetivos. Me alegra ver que se rompan récords. Yo lo he conseguido en dos ocasiones… Creo que soy un modelo para la siguiente generación», sentenció, consciente, ya, de su condición de mito.
Tras la carrera de Chicago, Kiptum aseguró que en algún momento bajaría de las dos horas, una barrera que ya forma parte de la mítica de esta distancia. ¿Es posible? «Yo aún trabajo para ir más rápido. Compito conmigo mismo, fijo mis propios objetivos y me entreno lo mejor posible para la competición», regateó Kipchogue. «Trabajo duro con la intención de romper récords: esa es la manera de disfrutar este deporte. Siempre intento ir más allá de mis límites y todos los días tengo esa posibilidad, eso es lo bonito del entrenamiento», añadió luego.
A sus treinta y cuatro años, Kipchogue, que tiene dos oros olímpicos (Río de Janeiro 2016 y Tokio 2020), afirmó que tiene la mente puesta ya en París 2024. «Sería maravilloso ganar el oro por tercera vez. Hay tres personas que han ganado en dos ocasiones el oro en la maratón. Yo voy a hacer todo lo posible por ganar por tercera vez. Esto se trata de hacer historia, de conseguir que el deporte sirva como inspiración, de conseguir que la gente salga por la puerta y corra. Por salud, por mantener la mente tranquila».
Fuente ABC