La temporada, no hay duda, se le está haciendo larga a Carlos Alcaraz, quien naufragó en dos sets en su estreno en París-Bercy ante Roman Safiullin y llegará a las Finales ATP de Turín (12 al 19 de noviembre) alejado ya del número uno de Novak Djokovic y plagado de dudas.
[Narración: Así hemos contado el Safiullin-Alcaraz]
Las citas de final de año se prestan siempre a las sorpresas. En París estrenaron su palmarés de Masters 1.000 Holger Rune, vigente campeón, Karen Khachanov, Jack Sock, Robin Soderling o el propio David Ferrer, único español que luce en el palmarés. Y es que el final de octubre parisino, con su pista dura, su techo y sus luces led, no se parece en nada, por ejemplo, al París terrenal de junio. Bien lo sabe Rafa Nadal, que nunca ha sido capaz de ganar en el Omnisports en toda su carrera.
Tampoco está siendo, de momento, un escenario propicio para Alcaraz, quien ya el año pasado tuvo que retirarse en cuartos de final ante Rune, y que de nuevo sufre sobre ese escenario.
El talento de El Palmar no gana un torneo desde que se impusiera en Wimbledon y no alcanza una final desde Cincinnati, en agosto. Entre medias, algún bajón de juego y otros tantos problemas físicos. En lo más inmediato, cedió en octavos de final en Shanghai ante Grigor Dimitrov y luego se vio obligado a parar. Sendas dolencias en el tobillo izquierdo y en la espalda baja le apartaron de Basilea.
En su regreso le tocó sudar de lo lindo ante un rival al que nunca se había enfrentado. Safiullin, 26 años y 45 del ranking, ha dado un salto de calidad este curso. Fue cuartofinalista en Wimbledon y el pasado septiembre alcanzó la primera final de su carrera en Chengdu (China), donde perdió ante Alexander Zverev.
En París plantó cara desde el inicio pese a los nervios iniciales que le llevaron a cometer dos dobles faltas consecutivas que le costaron el primer break. Alcaraz no solo no supo mantenerlo, sino que se dejó ir con un juego errático, al que le sobraban errores y le faltaba pegada, y cedió la iniciativa del set en el octavo juego. Lo peor es que no había gestos de enfado o rabia en el murciano, y ese quizás era el peor síntoma.
La remontada no era sencilla, pero tampoco se puede decir que Alcaraz no lo intentara. En el inicio de la segunda manga sumó tantos puntos ganadores como en todo el set anterior para colocarse 3-1. Pero a Safiullin no le pudo el vértigo. Dos breaks consecutivos volvieron a ponerlo por delante. Alcaraz, tras tantas facilidades concedidas, estaba obligado a la épica. Quizás en otro momento lo hubiera logrado. Pero no ahora. Toca pensar en Turín.
Fuente ABC